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![]() Voleibol Dos años de camino para llegar al cielo ALFONSO NACIANCENO
En este 2002 se les ha preparado un plan de competencias, fuera y dentro del país, que les proporcionará una aceptable cantidad de partidos internacionales. Los técnicos saben que jugando regularmente es la única forma de comprobar si los alumnos asimilan las enseñanzas impartidas durante los entrenamientos, además de que están necesitados de confrontar con reconocidas formaciones foráneas. No ha de pensarse que únicamente la Liga Mundial aportará fogueo a los bisoños. Esa es una lid anual, excelente, máxime cuando en la venidera tendrán por rivales a rusos, holandeses y alemanes. Otros compromisos en Europa y el Campeonato Mundial también serán dignos encuentros para medir en qué momento de su desarrollo están los muchachos. La recién creada Liga Nacional masculina, aun cuando tiene por perfeccionar algunos aspectos organizativos, surge como un buen esfuerzo en pos de la superación de los novatos. Aunque los voleibolistas forman los equipos Occidentales, Centrales, Orientales y Juvenil, en ningún caso la distribución de los deportistas se corresponde con las mencionadas regiones del país. Aparecen mezclados en las selecciones jugadores de 10 provincias. Primó el criterio de buscar un nivel parejo en las escuadras, y al mismo tiempo, reunir en cada una de ellas a hombres cuyo desarrollo guarde una relación de paridad. Las designaciones de Orientales, Occidentales y Centrales responden, sencillamente, a una tradición. Respecto al Juvenil, su nombre lo dice todo. Tal vez pudieron haberse llamado de otra manera, pero mejor atendamos a la concepción con que quedaron integrados. En mi opinión, una idea correcta, animada por la intención de unir a jóvenes afines en edades, desarrollo técnico y necesidades inmediatas. Cada plantel sale al terreno con su propio cuerpo de dirección y ello no es óbice para que los entrenadores de la preselección nacional permanezcan atentos a los cuatro por igual. Si los equipos no se hubieran confeccionado de la forma explicada, seguramente la rivalidad sería poca, el certamen sufriría un serio desnivel y ello obraría a la manera de tiro de gracia precisamente en su primer año de vida. Ha faltado público en las gradas, no la disposición, entrega y calidad de los elencos, quizá el año venidero el escenario no deba ser la Ciudad Deportiva, sino otro más pequeño. Este es un primer momento de la Liga. Con el avance ulterior y cuando las provincias tributen una mayor cantidad de voleibolistas, habrá tiempo para hacer coincidir los nombres de los seleccionados con sus lugares de procedencia; por el momento, los organizadores del evento piensan en crear condiciones para jugar una competencia más larga en el 2003. Ella puede convertirse en el torneo por excelencia de este deporte en la Isla. |
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