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Hay que globalizar los derechos económicos, sociales y culturales Joaquín Rivery y Mario Muñoz Lozano Si algo definió el último día de sesiones del Encuentro Hemisférico contra el ALCA que terminó este viernes en el Palacio de las Convenciones de La Habana fue el espíritu de combate de las intervenciones de los delegados y de los documentos adoptados.
Leído por la dirigente estudiantil colombiana Laura Moisa, el documento recoge la disposición de continuar combatiendo el proyecto hegemónico estadounidense y, en general, el modelo neoliberal "que ha sido un desastre para la mayoría de los habitantes de nuestro continente". El documento señala que "en los momentos en que el mundo se ve enfrentado a una crisis de consecuencias imprevisibles, lamentamos la tragedia provocada por los ataques terroristas a Nueva York y Washington y condenamos toda manifestación de terrorismo, incluyendo la que proviene de los estados y nos solidarizamos con sus víctimas en todo el mundo. Por tanto, repudiamos y denunciamos la guerra que ha conducido el gobierno de los Estados Unidos contra Afganistán, cuyo pueblo es quien sufre en primer lugar las consecuencias. Asimismo, exige el fin del bloqueo contra Cuba y el desmantelamiento de las bases militares norteamericanas de Vieques y Manta. El Consenso de La Habana está basado en la perspectiva del bien común, de la justicia social y del bienestar de los pueblos del hemisferio. "Tenemos por objetivo —indica— construir una agenda alternativa, solidaria, basada en la globalización de los derechos económicos, sociales y culturales de los pueblos". Propone una política continental que no merme la capacidad de ninguno de los estados nacionales para defender las necesidades sociales, culturales y económicas de sus habitantes y para enfrentar el lucro de las transnacionales, así como la pretensión dominante de cualquier país. La declaración se pronuncia por un proyecto distinto de integración que contemple, desde sus bases, el no pago de la impagable e ilegítima deuda que contrajeron los diferentes países en las últimas décadas. LLAMADO A LA UNIDAD EN LA LUCHA El Plan de Acción del Encuentro de La Habana insiste en la necesidad de la unidad entre las organizaciones del continente, para lograr cuanto antes la movilización de nuestros pueblos en contra del ALCA. Líneas principales en esta lucha son la promoción de una agenda continental de integración social, de desarrollo sustentable, y de lucha contra la desigualdad, la exclusión social y la pobreza; el otro frente sería la continuidad y el fortalecimiento de campañas de movilizaciones populares contra el ALCA, en sintonía con los eventos del Foro Social Mundial y las actividades que promueve la Alianza Social Continental. El plan se plantea "movilizar los pueblos, las organizaciones y movimientos sociales en los momentos en que se efectúan las reuniones de los grupos de negociaciones, los Encuentros de Ministros (Quito, noviembre del 2002) y la III Cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno (Buenos Aires, abril del 2003) en la lucha antimperialista". Entre las iniciativas inmediatas, los participantes en la reunión de La Habana señalaron la conformación de grupos de trabajo que transmitan la experiencia de luchas nacionales o regionales ya existente, además de organizar una campaña continental de capacitación e información para que los latinoamericanos conozcan las verdaderas intenciones del ALCA. El programa de lucha propone también un estrechamiento de las relaciones entre los movimientos sociales de la región y convocar a los grupos de parlamentarios del continente para que asuman un papel protagónico y abran los debates en torno a los acuerdos del proyecto imperialista. Los delegados hicieron énfasis en la movilización de las fuerzas sociales cada vez que se efectúen reuniones de los grupos negociadores, los encuentros de Ministros y las Cumbres de los Jefes de Estado y de Gobierno; y convocaron a la realización de jornadas de lucha contra el ALCA. La agenda subraya la necesidad de preparar el proceso de plebiscito sobre el ALCA como una forma de concientizar y movilizar a los pueblos y presionar a los gobiernos, a los cuales se les exigirán estudios e investigaciones serias sobre su impacto en los diferentes sectores de la sociedad. Entre otros puntos, el Plan de Acción llama a la participación activa de las organizaciones sociales en la preparación del Segundo Foro Social Mundial de Porto Alegre, a la organización del II Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA y a divulgar las resoluciones adoptadas en esta reunión de La Habana. EL CONTINENTE NO DUERME El plebiscito reclamado para que los pueblos puedan expresar su opinión de rechazo al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y la acción social continental contra los intentos norteamericanos cobraron la importancia principal en la sesión final del encuentro de las organizaciones populares latinoamericanas y caribeñas en La Habana. Desde la noche del jueves, el Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA, venía escuchando las exposiciones sobre la significación del trabajo de la Alianza Social Continental, esa concentración de organizaciones que ya se dio a conocer combativamente en Quebec para repudiar las intenciones de Washington y que ha cobrado peso en la batalla planteada. Renato Martín (Brasil), Patty Barrera (Canadá) y Héctor de la Cueva (México) destacaron el trabajo de esta organización que agrupa a tantos desde Alaska hasta la Tierra del Fuego, cuyo trabajo articula la acción de las organizaciones sociales, el movimiento sindical y toda expresión popular contra el ALCA que se prepara y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte ya vigente entre Canadá, Estados Unidos y México. Entre todos subrayaron que se busca una Alianza Social que esté abierta de manera permanente, que luche contra la antidemocracia que propone el ALCA, contra la exclusión social, para promover alternativas. Se ha dado un salto en esta lucha, añadieron, y la Alianza sale fortalecida de este encuentro de La Habana. La Alianza está muy vinculada al Foro Social Mundial de Porto Alegre y precisamente en la mañana de ayer la sesión se inició con la intervención de Emir Sader, uno de los gestores de esa reunión que marcó al mundo por el ímpetu de lucha desde su primera convocatoria y que explicó algunas líneas de la nueva edición, prevista para fines de enero y principios de febrero próximo en la misma ciudad brasileña. El Foro Social Mundial, en fin de cuentas —dijo Sader— surgió como una alternativa al neoliberalismo. En Porto Alegre se pueden discutir los problemas fundamentales de la humanidad y no en Davos. "Creo que estamos comenzando a construir el nuevo humanismo, el nuevo internacionalismo del siglo XXI, que al Che le hubiera gustado mucho ver", recalcó. Invitó especialmente a Fidel a asistir al Foro aunque sea un día. Al ALCA hay que mirarlo como a una guerra donde nos jugamos la vida, señaló, para inmediatamente llamar a la acción, a organizar a los pueblos, a convencer a las masas en la base, porque hay que percatarse de que en la lucha hoy la prioridad es el ALCA. Estela Barros, de las Abuelas de la Plaza de Mayo fue muy breve y emotiva; expresó que en esta batalla contra el ALCA están presentes los 30 000 desaparecidos de Argentina y los 150 000 desaparecidos de toda América Latina y que las abuelas con sus años han luchado también porque confían en la mayor fuerza de los jóvenes. Irene León procedió a dar lectura a una declaración propia de las organizaciones femeninas que asisten al Encuentro, en la cual se subraya que desean la integración con la que soñaron y por la que lucharon Bolívar y Martí, no la que quiere Washington. En este último día se escuchó a la argentina Rina Bertaccini proponer un juicio internacional de los pueblos sobre el problema de la deuda externa, vibró de nuevo el criterio coincidente estudiantil mediante el dirigente brasileño y continental Rubens Diniz, y se oyeron las experiencias sindicales internacionales en la voz de Eduardo Fernández, secretario general de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur. (Más información) |
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