
Parecía no terminar aquel abrazo, en el salón Metropolitano de la ciudad argentina de Rosario, cargado de horas de entrenamientos, de esfuerzos físicos, también de incertidumbres en cuanto a la preparación, debido al impacto de la COVID-19. Ella, matancera, y él, habanero, se hicieron uno en sus uniformes de Cuba.
Arropados con esas mismas franelas, y otra vez emocionados, el capitalino recibió, de manos de Ulises Guilarte de Nacimiento, la bandera de los trabajadores, la de la CTC, que es la del pueblo, a nombre de la delegación olímpica que estará en los Juegos de Tokio representando a obreros, campesinos, estudiantes, jóvenes, mujeres, científicos, intelectuales, artistas, militares, niños… a un país.
Daniela Fonseca, desde sus bisoños 18 años, lo miraba tan orgullosa como en aquella velada del pasado 16 de abril, cuando junto a Jorge Moisés Campos inscribió a la Mayor de las Antillas en el programa mixto del tenis de mesa en Tokio, en el cual solo estarán 16 parejas de los 206 países miembros del Comité Olímpico Internacional. Lo hicieron después de perder los dos primeros sets para mostrar, en una remontada de leyenda ante la dupla chilena, la estirpe invencible de su cubanía.
Así, Campos, de 29 años, se incluía en la magna lid tras dos intentos fallidos anteriormente, en tanto Daniela, allí mismo, ya había logrado la hazaña de asegurarse su boleto en individuales, para ser la primera mujer cubana en ese deporte en una cita bajo los cinco aros.
La entrega de estos jóvenes es también la de los más de 70 que competirán en la capital japonesa, y que hoy, en Cuba y en el exterior, ultiman detalles de cara a la lid o buscan aún su clasificación. Por eso ellos, y el equipo de levantamiento de pesas, representaron a sus compañeros en el homenaje que el movimiento sindical le rindió a la embajada deportiva, expresándole el amor que el pueblo siente por sus atletas y su deporte, ese que nos desvelará cada madrugada para, junto a ellos, saltar, correr, levantar, y en un grito de hagámoslo por Cuba, participar de cada esfuerzo en Tokio.
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