¿Remontada matancera?

Una de las frases más inteligentes de la presente final, que tiene a Granma delante por 2-0, obligando al campeón defensor a vencer en cuatro de cinco para sostenerse, se la escuché al mentor de los Alazanes, Carlos Martí, justo cuando su equipo ganó el segundo choque: «No hemos logrado nada que no sea ganar dos juegos. Son necesarias cuatro victorias».

Expresaba respeto por el rival, pero, al propio tiempo, él, quien es el de más camino andado en los puestos de dirección de la pelota cubana, de los que están activos, sabe que, si un equipo puede salir del hueco donde está, ese es el de los Cocodrilos.

¿Pero cómo? El béisbol, como todo deporte, demanda de virilidad, pero también de un componente imprescindible, sin el que no se puede vencer: requiere de mucho intelecto. En el juego, todo está escrito, solo que sus lecturas necesitan de pensamiento (entiéndase elemento táctico) para una correcta interpretación de cada momento, porque todos cuentan y, como hemos dicho antes, cuestan.

La primera clave es no fallar en ese concepto, pues le daría ventaja al contrario. Segundo, que Erisbel Arruebarruena despierte de su letargo de seis ponches en siete turnos, y para ello debe estar en la alineación, desde su condición de cuarto bate, o en otra responsabilidad, pero presente. Tercero, que su segunda línea de pitcheo, Renner Rivero hoy, y Naykel Cruz mañana, sea tan efectiva como lo fue con Las Tunas, en una situación similar a la de hoy. Cuarto, y no menos importante, evitar que Roel y Raico Santos entren lo menos posible en circulación, porque sus veloces piernas son potenciales carreras. Quinto, una hermética defensa, los errores en estos juegos pesan más que un matrimonio mal llevado.

¿Cuán posible es una remontada? Resulta la única opción matancera, y claro que es difícil. Granma necesita de un 40 % de efectividad de éxitos, y su rival, del 80 %. Parece imposible, aunque las matemáticas se podrían mirar desde otro ángulo si los Cocodrilos empataran a dos el cotejo por el título. En nuestra opinión, si no hay esa igualada, no habría remontada.