ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Fotograma de la serie Yellowstone, estrenada en Cuba.

Que el del oeste es un género inmortal dan cuenta, cada década, diversos títulos fílmicos o seriales. No más comenzar 2025, fue estrenada una serie como American Primeval, la cual deja pequeño a otro exponente meritorio de esta comarca, a la manera de 1883 (2021).

Esta y la posterior 1923 son las precuelas de Yellowstone (Paramount/mtv, 2018–2024), serie madre de Taylor Sheridan que ahora transmite la Televisión Cubana. Es un material de extraordinarios niveles de recepción en EE. UU., superiores a los de dos fenómenos mundiales como Juego de tronos y The Walking Dead.

A través de Yellowstone, sus precuelas estrenadas o por estrenar (y mediante Bass Reeves, Landman y El rey de Tulsa), Sheridan está componiendo la que es su suerte de novela audiovisual del oeste: un cuerpo serial filmado con indudable vigor narrativo y formal, aunque provisto del hálito conservador que caracteriza a su showrunner.

De la ideología de este señor nadie dudará tras apreciar las dos temporadas de la serie bélica Operaciones especiales: Lioness (vista en Cuba), en concordancia con la línea de los halcones republicanos.

Parte del cuerpo serial antes referido no cuestiona los antivalores sobre los que se sustentó la depredación del oeste, desde el expolio y el exterminio de la población nativa por los colonizadores blancos y aquellos pioneros que desandaban el camino de Oregón en la serie 1883, quienes eran los ancestros de los personajes de Yellowstone.

Aunque ambientado en la actualidad y reforzado su carácter de drama familiar, Yellowstone es un western de los de toda la vida. Ahora se sigue dañando a los nativos, si bien de otras formas menos físicas; pero sobre todo se elimina a quien ose lastimar o codiciar el territorio del rancho Yellowstone y su patriarca, John Dutton (Kevin Costner).

Los 53 episodios de las cinco temporadas son el relato de una despiadada lucha por la supervivencia (en este caso, el mantenimiento de la tierra en este rancho de Montana), al costo que fuere.

Hay acumulación de riqueza, proveniente del negocio de la ganadería, pero no hay paz en los Dutton. Desavenencias internas, traumas adolescentes agudizados en la adultez, dolor por hechos del pasado que aún crepitan en la hoguera sentimental del rancho, u otros conflictos, aquejan a John y a sus hijos, Beth (Kelly Reilly); Jamie (Wes Bentley) y Kayce (Luke Grimes).

La guerra cainita entre Beth y Jamie vertebra el conflicto familiar mayor de una serie cuyo desenlace ocurrirá, exactamente, a partir de la brutal resolución de ese odio fratricida. Kelly Reilly fragua el papel de su vida gracias a Beth, un personaje pergeñado, y sobre todo defendido con furia, visceralidad y profusión caracterológica.

Kevin Costner también levanta otro de los grandes roles de su extensa carrera, tan vinculada al western. Él es el corazón de Yellowstone.

Pero el actor, quien se enemistó con Clint Eastwood en el rodaje de Un mundo perfecto, le dio por hacerlo igualmente con Taylor Sheridan. Con ello destrozó el final de una serie potente, que no debió cerrar así.

La última etapa de Yellowstone, sin Costner, echó por el caño seis años de trabajo, al resultar una de las frustraciones mayores de la teleficción mundial reciente.

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