El Museo Nacional de Artes Decorativas (MNAD) cumple 60 años de poner a disposición del pueblo cubano joyas del arte universal. Por medio de sus exposiciones permanentes y transitorias se exhiben diversos objetos decorativos producidos en varias épocas y regiones del mundo.
«Tenemos una gran colección, una gran institución y personas con una pasión tremenda y unos deseos de hacer muy grandes. Esa es la primera materia prima con la que contamos para poder planificar y ejecutar todo lo que soñamos», comentó en entrevista con Granma el director del MNAD, Yosvanis Fornaris Garcell.
«Este museo tiene un caudal enorme, una colección muy grande de decenas de miles de piezas de altísimo valor, por materiales, manufacturas, periodos históricos, artistas. Todo eso nos permite poder tener una circulación notable de exposiciones».
Dentro de las colecciones, Europa ocupa el primer lugar y en segundo, Asia. Francia es el país que más está representado en casi todas las piezas. Aunque también hay muchas de España, Inglaterra, Italia, Alemania, Austria, entre otros países.
El inmueble siempre abre sus puertas al servicio de la comunidad, así como a la promoción del buen arte. En el patio, los jardines y otras áreas se realizan, entre otras actividades, peñas dedicadas principalmente al público de la tercera edad.
Fornaris insiste en que «la actividad cultural más importante que nosotros programamos es el recorrido al museo, estar abierto al público y recibir a las personas». Se ofrecen visitas guiadas a escuelas y centros de trabajo. Además, los especialistas del museo escriben artículos, imparten conferencias y charlas en las universidades, intercambios con otros muséologos de Cuba y el extranjero, y participan en eventos científicos, entre otras acciones.
En tiempos de Covid-19, cuando Fornaris asumió la dirección, encontró en las plataformas digitales una forma de llevar el museo a los públicos. Por esa labor la institución recibió el Premio de Mejor Museo de Cuba en el año 2020. Desde entonces se mantienen muy activos, compartiendo fotos de las piezas de las exposiciones permanentes y de las transitorias, resultados de investigaciones, videos de las peñas y de otras actividades que realizan.
Además de proporcionar una experiencia de goce estético, la principal función del MNAD, como la de cualquiera de los que conforma la Red de Museos de Arte en Cuba, es educar al pueblo sobre la historia de proveniencia de las piezas, los autores, las técnicas artísticas empleadas, los periodos estilísticos que representan, entre otros aspectos de interés.
Es prioridad para Fornaris preparar a las nuevas generaciones de museólogos para que puedan continuar con el legado y prestigio alcanzado por MNAD. «Estamos vinculados con la docencia. Constantemente nos invitan a las universidades a dar conferencias. También invitamos a los estudiantes a las inauguraciones de exposiciones y les ofrecemos visitas guiadas. Otras veces las propias instituciones educativas se acercan a nosotros para dar clases aquí».

Esta labor está dando frutos. Bajo la celosa tutela de Fornaris, estudiantes de Historia del Arte trabajan como guías. «Estamos llegando a ellos y demostrándoles las posibilidades de crecimiento profesional y personal que tienen aquí».
El director asegura y se llena de orgullo al decir que este es un museo de primera línea en cualquier parte del mundo por la calidad del inmueble y de sus colecciones.
El MNAD, como institución rectora de la salvaguarda de las artes decorativas en Cuba, también busca alternativas para poder expandir las colaboraciones con otros museos e instituciones nacionales e internacionales, mediante el intercambio de piezas, donaciones, conocimientos y experiencias a favor de una mejor gestión.
Fornaris lleva 16 años dedicados al museo, pero jamás pensó en dirigirlo. «Mi ambición es de conocimiento y de esperticia, no de cargos. Llega el momento en que uno madura, adquiere cierto bagaje y toca asumir responsabilidades. Asumí esta tarea con un salto en el estómago, no solo por el temor a que algo saliera mal, sino por ese gran reto que es estar al frente de una colección tan importante, costosa y tan vasta. Lo he podido lograr porque tengo un equipo de trabajo que me apoya, a veces a poner los pies en la tierra y otras a materializar un sueño».
ARTE CHINO TRADICIONAL, UNA MUESTRA TRANSITORIA DEL MUSEO DE ARTES DECORATIVAS

Acerca de la integración cultural de China y Cuba, centró sus palabras el embajador de la nación asiática en La Habana, Hua Xin, al dejar inaugurado la muestra Arte Ming en Cuba, en el Museo Nacional de Artes Decorativas, que por estos días celebra su 60 aniversario.
«En la cultura tradicional china, el sexagésimo cumpleaños es un día muy importante, porque simboliza que una persona se ha vuelto muy experimentada, enérgica, más fuerte y motivada después de sus años de formación», dijo el diplomático.
Exhortó a los amigos cubanos a que, través de la exposición, aprendan más sobre los tesoros históricos de la dinastía Ming, y que por medio de los símbolos de los tiempos, se pueda revivir, heredar y llevar adelante un espíritu de apertura, inclusión y cooperación beneficiosa.
Por su parte, Sonia Virgen Pérez Mojena, Presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, hizo referencia a la fecha institucional del museo (24 de julio de 1964) en una lujosa mansión del Vedado capitalino, para la protección de las colecciones ante los saqueos y destrucción de elementos valiosos de la cultura universal.
«Con el devenir del tiempo, las colecciones que atesoran estos bienes museables, provenientes de disímiles regiones, épocas y manufacturas, se han incrementado, ya sea por donaciones, compras o transferencias. Atesoramos más de 30 000 piezas, el 20% se encuentra en exposición y a resguardo, el otro 80% en los almacenes de las instituciones», dijo la directiva cubana.
Reconoció que la muestra inaugurada es el resultado de años de dedicación, los cuales persiguen el propósito de que quienes visiten el museo experimenten un crecimiento espiritual y personal.
A su vez, el director del Museo Nacional de Artes Decorativas, Yosvanis Fornaris Garcell, agradeció el apoyo recibido por la embajada en La Habana, y destacó que la dinastía Ming (1368-1644) abrió el camino para el intercambio de civilizaciones entre el Oriente y el Occidente en el mundo.
También hizo referencia al regalo de la valiosa colección de fragmentos de porcelanas, los cuales han sido encontrados en múltiples excavaciones y fueron atesoradas por personas que conocieron del Arte Ming en Cuba.
La actividad estuvo amenizada por los cantantes Rafael Espín y Zunilda Remigio, el proyecto cultural Ilusiones y la Escuela Cubana de Wushu.
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