
¿Victoria o Teresa? ¿Encontrar el placer fuera del matrimonio y volver a su respetabilidad como a la salvación, o sacrificar todo supuesto honor por el amor de un hombre que a fin de cuentas no lo merece?
Por suerte, a 95 años de la muerte del autor que las creó, el conflicto entre la honra por un lado, y la impureza por el otro, si se habla de deseo femenino, ha sido hace mucho superado en Cuba, aunque aún quede uno que otro rezago.
Sin embargo, y ciertamente, Miguel Antonio de Carrión de Cárdenas (La Habana, 9 de abril de 1875 –30 de julio de 1929), con Las honradas (1917) y Las impuras (1919), no solo creó personajes de fuerza y vulnerabilidad conmovedoras, sino que además plasmó los prejuicios vigentes en las primeras décadas de la República, y con el paso del tiempo ha contribuido a conocer y entender la sociedad cubana de esos años.
Aunque siempre desde su posición de clase, De Carrión se acercó con la crítica en su narrativa a visiones progresistas y abogó por reivindicar los derechos morales de las mujeres, si bien no fue más allá, hacia el papel de estas en la sociedad.
Hombre de una actividad incesante, estudió Derecho, pero interrumpió la carrera para exiliarse en Estados Unidos, huyendo del colonialismo español y por sus ideales independentistas; a su regreso, terminó Medicina, e incursionó tanto en la pedagogía como en el periodismo, la política y muchas otras iniciativas cívicas.
Junto a algunos cuentos, publicó El milagro (1903) y dejó inconclusas varias novelas, entre las que trascendió La esfinge –de 1919, pero finalmente publicada en 1961–, obras todas ellas que «contribuyeron a la formación de una narrativa auténticamente nacional».
Así lo explicita la Historia de la Literatura Cubana, del Instituto de Literatura y Lingüística, en la que se añade que las directrices cardinales de su trabajo como escritor estuvieron en la preocupación en torno al sexo y su repercusión en la conducta del ser humano, el sostenido anticlericalismo, su decidido interés por los conflictos sicológicos y el afán de penetrar en el mundo íntimo de la mujer.
«Denunció el sistema arbitrario de los falsos conceptos morales, las normas de educación y de conducta vigentes, y cómo la hipocresía se enfrentaba a la ley natural del amor». De hecho, luego de la publicación de Las honradas, algunos críticos sugirieron que se le considerara lectura prohibida para mujeres solteras, lo que no impidió sus posteriores reediciones.
La infidelidad femenina, el aborto, el sexo fuera del matrimonio, y la falta de conocimiento del propio cuerpo fueron temas tratados con honestidad por Miguel de Carrión, y que convierten sus dos emblemáticas novelas en lecturas que todavía hoy –así como son disfrutables– nos hacen reflexionar sobre la condición femenina y sus encrucijadas.












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