ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Viceversa superó el esquema de amor idílico, en el que la mujer todo lo puede, soporta y espera. Foto: Fotograma de la novela

Pareciera que novela cubana es, de forma inevitable, sinónimo de polémica en la Isla. Las redes sociales le han dado un nuevo impulso a ese fenómeno; memes, comentarios humorísticos, reflexiones interesantes y análisis despiadados se suceden para desgranar la de turno.

No fue excepción Viceversa, que bajo la dirección general de Loisys Inclán, terminó hace unos días su paso de 80 capítulos por la pequeña pantalla.

Si bien las primeras entregas del dramatizado fueron criticadas –por lenta progresión de las situaciones, excesivo dramatismo asociado al accidente inicial, o reacciones y ambientes poco creíbles–, a medida que la trama avanzó, logró ganar hasta su final simpatía mayoritaria.

Se debió en buena medida a la combinación, casi siempre eficaz, de las convenciones del género, con una estética más cercana a la de las series.

Al salir de los estudios, e incluso de La Habana –recuérdese el protagonismo que tuvo Viñales– la novela exhibió una visualidad fresca; a lo que se sumó la factura de la presentación y despedida, y de las cortinas.

El desempeño de actrices y actores resultó, de forma general, elevado, y la combinación de figuras jóvenes con otras ya establecidas estuvo entre lo más logrado. Se agradeció, especialmente, volver a disfrutar de Diana Rosa Suárez, Mario Aguirre y Oneida Hernández.

Los guionistas de Viceversa tejieron tantas tramas y subtramas, que algunos espectadores dijeron sentirse abrumados; sin embargo, una fortaleza del producto radicó en imbricar muchas problemáticas sociales dentro de las clásicas de las novelas (amores, desamores, traiciones, etc.), y sin que supiera a panfleto.

La experiencia del Yeti, por ejemplo, demostró que la droga no es asunto de la marginalidad, que sus consecuencias son terribles e insospechadas, y que a los seres queridos del enfermo les cuesta mucho aceptar esa realidad.

La homosexualidad de un padre y el rechazo de su hijo fue otro de los puntos de tensión de Viceversa, y suscitó la reflexión sobre cómo la homofobia se agazapa en nosotros hasta que nos toca de cerca, y también que superarla no es solo cuestión de reconocerla, aunque sea el primer paso.

En la cuerda floja que suponía poner la nota cómica desde una familia en la que tanto padres como hijos tenían sobrepeso, la historia salió airosa, y defendió que los cuerpos que escapan de lo normativo son también bellos, deseables y capaces de sentir e inspirar amor.

Temas como la violencia de género, las disfunciones sexuales, el cáncer, la paternidad sin convivencia, el duelo, la salud mental, las discapacidades… fueron tratados mediante personajes verosímiles, por sus luces y sombras.

No obstante, un acápite como el del aborto dejó un mal sabor: Patricia fue culpabilizada por su doctora, y la dejó sin opciones, pese a que le quedaban días hasta el límite establecido. Falta visibilizar las maternidades no deseadas en nuestras pantallas.

Varios deslices pudieran ser mencionados, sin embargo, Viceversa ha sido una propuesta inteligente y profesional; que contribuyó a la fidelidad de los espectadores hacia el controvertido ente que es la novela cubana.

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Justo Félix Rodriguez dijo:

1

8 de junio de 2024

10:41:26


Estoy de acuerdo con el escrito resumido del periodista en sentido general, no me gustó como se trató la hoxesualidad, debió habersele dado más importancia a los buenos y buenas trabajadores. La música tema e inicial escogida no es nada agradable ni pegajosa, en algunas ocasiones en escenas se utilizaron bien de otros autores y géneros musicales, pero en sentido general creo que el acompañamiento musical hubiera ayudado a suavizar insuficiencias en los diálogos, la edición no fue buena en muchas ocasiones, así como las tomas de cámaras fijas excesivas, intermedios que sale un fósforo encendido, una llave de agua con la gota cayendo para mi modesta opinión cosas sin sentido que le restan tiempo de escena y no aportan nada. Lo que salva la audiencia es como ya se ha dicho los temas tratados

Tmc dijo:

2

8 de junio de 2024

16:23:54


Les falta todavía alas telenovelas cubanas. Esta solo rozó el asunto de la emigración, el desangrado de una nación caprichosa, que pone en crisis nuestra existencia como país, y a corto plazo. Debe ser muy temerario el que decida penetrar bien las raíces de un problema como este y trasladarlo a la televisión. En fin, materia prima hay.

Nancy dijo:

3

9 de junio de 2024

10:16:57


Gracias por su comentario, muy crítico, sincero y oportuno. En lo particular me gusto mucho la novela y sobre todo mi respeto a esos jóvenes talentos que excepto el joven que interpretó a Armando no me convenció para nada. Como casi siempre los finales suelen no gustar, este estuvo muy refrescante es cierto, pero de él solo me robaron mi atención 2 escena: La entrega del Cuba Disco a Patricia y esas lindisimas palabras dedicadas a su madre, y la escena de José y Ester cuando ella guardaba algunas ropas que luego de la operación no podría usar, un José interpretado por Palomino ante el cual me quito el sombrero como suelen decir a veces, actuación especial y personaje que atrapó a muchos por su mensaje de amor, amor a sus padres, a su sobrino, a su amigo, a todos, esa positividad ante la situación de Ester es algo que adoré. Felicitaciones a todo el colectivo y a todos los que colaboraron con la novela.

Carlos dijo:

4

10 de junio de 2024

11:28:44


La novela toca temas importantes de nuestra sociedad ,aunque con timidez y extremo cuidado creo que hay un abuso a la pérdida de valores sobre todo a la fidelidad en las parejas y la amistad y en ocasiones se ve como algo normal se manejó con suma lijereza el tema , hay más donde se puede explotar nuestra realidad , la inmigración el desinterés de la juventud son caminos casi virgenes .

BEKO dijo:

5

13 de junio de 2024

18:57:05


Las telenovelas cubanas no abordan el tema racial con profundidad, desde el mismo hecho que los actores de tez negra son ínfimos, pareciera que no existe el talento en las personas de color negro que no se nota una presencia apreciable en esas presentaciones televisivas en Cuba???????

gretter dijo:

6

14 de junio de 2024

10:17:56


“Viceversa” es otra demostración de que el dramatizado cubano está en crisis desde hace 20 años. Dirigida por Loisys Inclán la responsable de “Tan lejos y tan cerca”, esta telenovela que tiene más de serie que de culebrón, se centra en tres parejas de amigos que a lo largo de 80 capítulos intentarán salvar su amistad a pesar de los contratiempos de la vida. A simple vista este pudiera ser el argumento, pero como ya es usual en nuestras propuestas, nunca se sabe que estamos viendo, aunque me recuerda muchísimo a la serie americana “Dawson´s Creek”. Los personajes son en exceso ridículos, sus diálogos, sus decisiones, en sentido general diría que la telenovela es completamente fallida. Un accidente será el detonante para que estos 6 personajes comiencen a sufrir calamidades. Armando el explorador de cuevas se quedará inválido, Silvio el gran médico será afectado por esa culpa, romperá lazos con su padre homosexual y además tendrá relaciones con la novia de su amigo. Oscar por su parte se lanzará al mundo de las drogas y el robo. En el caso de las féminas, Mónica una psicóloga reconocida, tendrá que lidiar con el cáncer de su madre, mientras que Patricia será madre soltera y Laura no sabrá asumir la impotencia de su novio discapacitado físico - motor. Las tramas secundarias me parecen completamente irrelevantes, incluso algunas ni se desarrollan, el humor de la familia Pérez Peña sobra, la historia del niño que le hacen bullying es fantasma, y si hablamos de los personajes negativos pues realmente no me los creo. Si el trabajo de guión es fallido, junto al diseño de personajes, peor aún resulta la realización. Hay errores de continuidad, un sonido mal trabajado, las transiciones no son las adecuadas y tanto la intro como la banda sonora, sobre todo la incidental me resultan espantosas. La directora ha copiado modelos extranjeros de “Mater Chef”, “La hija del Mariachi”, incluso escenarios de novelas turcas y esto me parece bastante triste. No puedo destacar valores en “Viceversa”, o más bien sobresale lo negativo, machismo, violencia de género, homofobia y de esto último se repite el miedo a no mostrar en la tv cubana a lo largo de 79 episodios una relación física entre dos hombres para luego en el capítulo final rodar un beso que se percibió forzado y levantó ampollas. A nivel interpretativo el casting es un recital de prueba de casting: Miriam Alameda, Víctor Jimcavik, Ángel Luis Tapey y Eileen Acosta son algunos de los jóvenes protagonistas que nunca convencen. De los veteranos mejor ni hablar. Nadie es feliz en “Viceversa”, nadie sonríe, ningún personaje se realiza y es una pena que nuestras telenovelas sigan siendo justamente eso: un triste esbozo de historias donde no se cumple lo que predica Ernesto Blanco en su canción.