ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Fotograma de Un amor.

La Muestra de Cine Español, del 1ro. al 9 de junio, permite acercarnos a títulos de amplia resonancia estrenados en fecha reciente, establecer vínculos con autores asentados u otros muy promisorios, y asistir a un paréntesis audiovisual elocuente de la riqueza y diversidad temático-formal de la pantalla ibérica de la actualidad.

Esta ecléctica muestra incorpora Un amor (2023), la obra más fresca de la realizadora catalana Isabel Coixet (La vida secreta de las palabras, Elisa y Marcela), largometraje con cierto parentesco argumental al filme alemán Algún día nos lo contaremos todo (Emily Atef, 2023), que narra el encuentro, en un escenario rural, entre una joven recién llegada y un hombre de mayor edad, habitante del sitio, con implicaciones románticas y eróticas, e inusual curso/desenlace.

La Coixet, experta en sondar las zonas menos visibles de la naturaleza sentimental y síquica de sus personajes, nos entrega un amor, o algo parecido a ello, bastante complicado e incluso difícil de explicar desde una lógica común. Lo que ocurre es que algunos amores, mucho más los de la Directora, no se explican ni pueden entenderse del todo; como tampoco la naturaleza humana ni las formas de desear de cada quien, expresadas de diferente forma.

Entre lo más destacable de esta película está la configuración del personaje de Laia Costa (otro magnífico trabajo de la actriz de Cinco lobitos), una mujer sin muchas certezas a la vista –no sea la que le sale de las entrañas, de amar y desear a su manera, en respuesta a sus fueros–, desgarrada, herida, sorprendida, pero también crecida ante la deriva de una relación de la que ni intuyó ni previó su evolución.

Si no bastara con el quehacer de Laia, se recomienda apreciar, saborear y estudiar otras dos grandes interpretaciones femeninas de la Muestra: la de Malena Alterio en Que nadie duerma, por la cual obtuvo el Goya a la Mejor Actriz; y la de María Vázquez en Matria, en virtud de la cual recibió el premio a la Mejor Actriz en el Festival de Málaga; dos composiciones memorables, en las que estas mujeres desbordan la pantalla. Es todo un gozo verlas, aunque en ninguno de los casos sean películas de mucha trascendencia.

Par de títulos marcados por su singularidad y la voluntad de riesgo de sus artífices son Creatura, segunda película de una cineasta para seguir, como la catalana Elena Martín (Julia ist); y 20 000 especies de abejas, de la directora vasca Estibaliz Urresola Solaguren, que le valiera el Oso de Plata a la Mejor interpretación en el Festival de Berlín a la pequeña de nueve años Sofía Otero, quien encarna a una niña tran­sexual, en el desbroce de las yerbas hacia su plena identidad. Del deseo femenino y de las pulsiones que este puede desatar, u ocultar, se discursa en Creatura. Ninguna de las dos debe dejar de verse.

Hay también cortos, series y documentales, a la manera de Iberia, naturaleza infinita (Arturo Menor, 2023), el cual deleitará a los amantes de los materiales de este tipo, que en España halla su máximo referente en la serie El hombre y la tierra, emitida entre 1974 y 1981.

Ninguna muestra es perfecta y la actual tampoco, ahí está para demostrarlo la rutinaria y discursiva película de agenda Adú (Salvador Calvo, 2020). Mari (dos), desafortunada comedia dirigida en 2023 por Lucía Alemany, desen­tona todavía más del rasero cualitativo medio.

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