En una entrevista que le hicieran a inicios de este siglo, la escritora mexicana Elena Poniatowska dijo: «Lo único que puede impresionar a un lector es la claridad y la sencillez. Todo lo demás suena falso».
Y no se puede menos que estar de acuerdo con la también periodista, luego de leer propuestas como Idas (Ediciones Unión, 2012), del poeta y editor Alpidio Alonso-Grau (Las Villas, 1963).
Conforman este pequeño cuaderno 47 piezas, que el propio autor califica de «miniaturas». Son composiciones brevísimas, la mayoría de apenas dos líneas, en las que el poeta discursa preso dentro del círculo de sombra del poema, pero presto a la luz, comunicado con ella.
Están en estas páginas las hondas reflexiones filosóficas, los pensamientos aparentemente intrascendentes que nos hacen nacer la observación de la cotidianidad, el entendimiento de los cuerpos… En fin, todo aquello que capta un espíritu sensible cuando de pronto, sin anunciarse / sin pedir permiso, / como un deseo sin norma / entra la voz de algo (poema 19).
Distingue este volumen el prólogo, a cargo del enorme poeta que es Roberto Manzano; en esas palabras incitadoras dice: «Qué bueno que el mundo quepa en dos líneas estremecidas. Así la poesía alcanza a la vida, que compendia toda una ceiba descomunal y rugosa en un levísimo plumón que huye».
Agrega que Idas es un «sucinto y suscitador cuaderno lírico»: «Alpidio se nos muestra dueño de una capacidad de expresión inusual, pues sabe plasmar ergonómicamente lo que la Luz mira y lo que el Silencio escucha».
No es cuestión de economía de recursos, sino de apuesta por toda la profundidad que se puede concentrar en las pocas palabras. Podar el árbol y dejarlo vivo y hermoso puede ser más difícil que permitirle crecer sin frenos; podar es un arte.
Esa síntesis desbordante de partos puede encontrarse en poemas como el 11: Nacen las ruinas / como un indeseable / alumbramiento; el 21: Hojas caen / Ocurren sílabas; o el 46: La luz es Dios: lo mira todo.
Sin embargo, cada lector hallará los que resuenen con su experiencia vital y los hará suyos, a la manera en que se nos graban los versículos. Contribuyen sobremanera a la vivencia estética y a la poética las ilustraciones de Eduardo Guerra.
Volviendo a Poniatowska, estas son páginas carentes de falsía; exhiben el rayo limpio de la pobreza / La pobreza que pacta con el ala (poema 47).
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Ulises dijo:
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15 de mayo de 2024
02:57:39
Maria de los Angeles dijo:
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15 de mayo de 2024
18:36:13
Niurka Llambía Cala dijo:
3
15 de mayo de 2024
19:56:58
Niurka Llambía Cala dijo:
4
15 de mayo de 2024
20:03:30
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