SANTIAGO DE CUBA-. Una jornada dominical de ensueño signó la clausura de la Feria Internacional del Libro y la Literatura -en su edición XXXII-, en el Salón de los Vitrales de la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, que puso a disposición del público lector de toda la Isla millones de ejemplares, «con un precio promedio de 23 pesos, lo que da fe de la voluntad de nuestro Estado de subsidiar la producción editorial en beneficio del pueblo», aseguró Juan Rodríguez Cabrera, presidente del Instituto Cubano del Libro (ICL).
La actividad, que sesionó en el Salón de los Vitrales de la Plaza de la Revolución Antonio Maceo Grajales, contó con la presencia de Beatriz Johnson Urrutia, primera secretaria del Comité Provincial del Partido en Santiago de Cuba, y de Fernando León Jacomino, viceministro de Cultura, fue propicia para presentar el texto Juan Almeida Bosque. Testimonio de un Santiaguero, de la autoría del doctor en Ciencias Médicas, Luis Struch Rancaño, colofón de una Feria a la que acudieron más de 2 200 000 personas, vendió 1 300 000 ejemplares físicos y 2 382 en formato digital, y nuevamente «invadió» el país de Occidente a Oriente.
A la provincia indómita le fue entregado un Reconocimiento Especial -por su gestión del evento dedicado a los prominentes intelectuales Isabel Monal y Francisco López, y que tuvo a Brasil como país invitado-, y se ratificó, en palabras del Presidente del ICL, «el compromiso con el pueblo de trabajar incansablemente por mantener y perfeccionar esta, una de las más hermosas conquistas de la Revolución».
Desde el 8 de febrero, se patentizó el hecho de que «pocas cosas aportan tanto al enriquecimiento espiritual como la fiesta cubana de los libros», como posteó el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en su cuenta de X.
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