Este año recordamos la aparición de un disco que hizo furor en el entorno musical cubano de hace dos décadas. Nos referimos al fonograma Diferente (2004), relevante apuesta discográfica del productor David Calzado –director de la Charanga Habanera–, una obra que consigue expandir hacia otro nivel las posibilidades artísticas de una figura tan querida como la de Haila María Mompié. Si bien semejante intérprete, en agrupaciones como Bamboleo y Azúcar Negra, ya había asentado las potencialidades que la distinguen como una sonera de ley insoslayable, es en este disco de solista en el que, desde una perspectiva diferente, con baladas y música tropical romántica, conmueve apasionadamente a todo un pueblo.
Son los tiempos en los que canciones como Quién fue, Voy a salvar mi corazón y Cómo voy a decirte ocuparon los primeros lugares en las listas de éxitos de la radio y de la televisión, a lo largo y ancho del archipiélago, hasta convertirla en la Artista del Año en 2005. La distinción no había sido alcanzada por ninguna otra intérprete femenina hasta entonces. Esto trajo como consecuencia que no hubo estadio de pelota del país en el que Haila se presentara, que no fuera literalmente desbordado por legiones de sus admiradores. Personalidades del rango de Juan Formell y de Adalberto Álvarez no escatimaron elogios acerca de su profesional desempeño, del mismo modo en que le reconocieron el talento que la distingue para abordar cualquier género que se le propusiera.
Otra prueba de ello es el disco Con todo respeto, Haila canta a Armando Manzanero (2019), en el cual el prestigioso cantante y compositor mexicano la comparó con «un hermoso amanecer» en su vida; referencia que avalamos de inmediato, al escuchar la cálida y movida interpretación de Haila en clásicos como Esta tarde vi llover, Somos novios o Me vuelves loco, (este último a dúo con el propio Manzanero).
Cuando Adalberto sentenció que Haila era portadora en el mundo de los colores de la enseña nacional, tenía la certeza de que estaba ante una artista marcada por un profundo amor a Cuba. Se trata de ese rasgo tan caro para los genes de sus compatriotas, al captarse de inmediato el apego a la identidad de la nación cuando la escuchamos cantar.
Por lo tanto, no es casual que los nacidos en esta tierra hayamos identificado a Haila como La diva del pueblo; espontánea clasificación que colocamos bien lejos de cualquier percepción elitista común en otros entornos geográficos. Nosotros aquí decidimos unificar todo ese afecto que profesamos por esta gran sonera de nuestro tiempo, quien en estos días acaba de cumplir nada menos que su 50 onomástico.
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