Nordic noir. Bajo tal etiqueta se ha puesto de moda agrupar las especies detectivescas, policiales y de suspenso producidas en los países nórdicos: tramas oscuras, de atmósferas opresivas y avances lentos, en las que tan importante como la intriga viene a ser el modo de hacerla llegar al telespectador.
Hasta cierto punto, La enfermera, realizada en Dinamarca, responde a esos códigos. Aunque la miniserie transmitida este enero por Multivisión no encaja al 100 % por mucho que anticipe la sordidez del núcleo dramático y recree el gélido ambiente en que se mueven los personajes.
La enfermera escapa del típico nordic noir al reproducir la linealidad de una historia que tiene su origen en hechos reales, en la que apenas intervienen las licencias propias de la ficción.
Si los telespectadores cubanos hubieran accedido a la traducción de los párrafos que antecedieron a los créditos finales de la última entrega, tendrían la posibilidad de cerrar el ciclo de la narración con elementos conclusivos necesarios para la completa comprensión de lo que nos han contado.
Christine Astrup Hansen fue condenada, en 2017, a 12 años de reclusión por el asesinato de tres pacientes, y el intento de un cuarto homicidio, mientras ejercía como enfermera de urgencias en el hospital Nykobing Folster. Los sucesos ocurrieron en 2016, y en la primera vista del proceso judicial la Fiscalía pidió al tribunal cadena perpetua.
En el epílogo no traducido se explica algo perturbador. La homicida debe cumplir la sanción a fines de 2028, a los 43 años de edad. Ella estuvo al tanto de la versión televisual y suscribió el dictamen síquico legal, esgrimido por la defensa y aceptado por el tribunal, en cuanto al padecimiento de una especie de síndrome de histrionismo que la llevó a cometer crímenes, y a la vez, paradójicamente, salvar vidas.
De acuerdo con reseñas publicadas en la prensa danesa, a raíz del estreno de la miniserie en 2023, a Hansen no se le pudieron probar más homicidios –solo uno y la tentativa acontecieron en una misma jornada; el guion apretó al concentrar el fuego en una fatídica noche–, mientras que el seguimiento judicial hizo énfasis, más que en las muertes verificadas y la sospecha de otras derivadas de especulaciones estadísticas, en la supuesta enfermedad mental de Hansen.
Todo ello se haya registrado puntualmente en el libro testimonial La enfermera: interioridades del más sensacional proceso criminal de Dinamarca, de Kristian Corfixen, publicado en octubre de 2022. Con la anuencia y la asesoría del autor, el director Kasper Barfoed y un equipo de guionistas trataron de seguir al pie de la letra el original literario.
De un lado, Hansen, interpretada por Josephine Park, actriz que sabe matizar expresiones. Del otro, la enfermera novata Pernille Kaufmann, quien destapa de a poco la actitud criminal de su compañera. Fanny Louise Bernth mereció ser mucho mejor conducida en su papel. Por momentos exagera y hace demasiado evidentes sus sospechas.
Nada más por inventar. Entre una y otra se mueve el péndulo. Los restantes personajes arropan pero no deciden. Concuerdo con el crítico sueco que escribió que La enfermera no daba para cuatro capítulos. Eso sí, entretenidos aun cuando no cumplan con todos los requisitos del nordic noir.
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