Por primera vez, también, una directora cubana logra tener en su haber dos largometrajes de ficción, se trata de Patricia Ramos, que estrena ahora Una noche con los Rolling Stones, luego de El techo (2016). Pronto otras realizadoras alcanzarán esa discreta pero definitiva marca.
Si bien estos hechos sientan pautas, también muestran que la brecha de género dentro del ámbito de la producción cinematográfica cubana es aún amplia. Por ello, en la historia del Festival se han reiterado los espacios para pensar el tema.
En el Festival, las opiniones expresadas en el panel sobre género y diversidad en el audiovisual, los retos y nuevos caminos, coincidieron en que hay que dejar de hablar de las mujeres, para dejar que hablen las mujeres.
Marisol Alfonso, representante del Fondo de Población de Naciones Unidas, explicó que la industria cinematográfica tiene inequidades comunes a varios sectores: desequilibrios de género en los puestos de mayor dirección; brechas en los salarios por el menor número de horas que las mujeres pueden dedicar al trabajo remunerado, al recaer en ella la mayoría de las labores de cuidado; y la masculinización de las funciones más atractivas.
No obstante, dijo que el cine es una oportunidad para mostrar las desigualdades y sus determinantes. Con ello coincidió la cineasta mexicana María Novaro, quien reflexionó sobre cómo el cine ha alentado la violencia contra las mujeres, y para frenarlo es importante que cada vez más ellas tomen decisiones sobre los proyectos que se aprueban, que haya igualdad de género en los consejos evaluadores.
Ignacio Catoggio, coordinador general de la Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de Iberoamérica, presentó adelantos del Reporte de género y diversidad en el audiovisual del 2023. Como hecho revelador, destacó que Cuba es el único país del área con una reserva específica para miembros de la comunidad lgbtq+.
Asimismo, la Isla se inscribe entre las naciones que cuentan con: definiciones de género al momento de implementar sus políticas públicas, unidades especializadas para promover la igualdad de género, fondos públicos para el cine y el audiovisual, cuotas específicas para el cine producido o realizado por mujeres, así como registros diferenciados por sexo y en los que se identifica el género de las personas del sector.
Sergio Cabrera, coordinador general del proyecto Palomas –cuya fundadora, Lizette Vila, moderó el panel– apostó por mirar las realidades que escapan de las estadísticas, para que talentosas mujeres cineastas no deban ser siempre segundas, en espera de que llegue su momento.
«La cuestión es ir y venir de los números y las políticas públicas a los contenidos, a los ejemplos», afirmó Novaro.
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