ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Casa de las Américas es una de las instituciones culturales más prestigiosas de Cuba Foto: Ariel Cecilio Lemus

Cecilia Concha Laborde apenas sumaba 12 años de edad cuando el gobierno de la Unidad Popular fue brutalmente derrocado, y Salvador Allende se inmoló en el Palacio de La Moneda.

Cinco décadas después del fatídico 11 de septiembre de 1973, Concha está en Cuba, donde encabezará el cartel de Canciones contra el olvido, hoy lunes a las 5:00 p.m., en la sala Che Guevara, de la Casa de las Américas.

Junto a ella, convocados por la institución fundada por Haydee Santamaría y el Centro Memorial Martin Luther King Jr., los trovadores cubanos Ariel Díaz, Eduardo Sosa, Heidi Igualada, Juan Carlos Pérez, Marta Campos, Miguel Díaz y el guitarrista Alejandro Valdés, y un  chileno, Tato Ayress, que luego de sobrevivir al golpe de Estado fraguado por la Casa Blanca, la cia y la ultraderecha del país austral, y librarse de campos de tortura y concentración, echó raíces entre nosotros con sus canciones y pinceles.

No podía ser otro escenario que el de la Casa de las Américas, donde se guarda la memoria de la inmensa Violeta Parra, de los hermanos Isabel y Ángel Parra, y de la huella de creadores e intérpretes chilenos de sucesivas generaciones que han encontrado allí abrigo e impulso.

Los jóvenes que concurran a la cita tendrán que saber cuán fecundos y recíprocos fueron los vínculos entre la Nueva Trova y el movimiento del Canto Popular Chileno, relanzado en medio de las luchas por la conquista del poder a fines de los años 60.

En la Isla se hicieron familiares no solo las voces de Jara y los Parra, sino también las de los conjuntos Quilapayún e Inti Illimani. Entre nosotros surgieron grupos como Manguaré, que viajó al Chile de la Unidad Popular para estudiar y familiarizarse con ritmos e instrumentos típicos; Mayohuacán, Yawar y otros más. Moncada, como recordó el doctor Manuel Calviño, fundador de la agrupación, popularizó un extraordinario poema de Nicolás Guillén, Chile (… una rosa de hierro / fija y ardiente en el pecho / de una mujer de ojos negros / tu rosa quiero).

La arremetida fascista estremeció a los creadores cubanos. Cómo olvidar canciones tan tremendas como Santiago de Chile, de Silvio Rodríguez (eso no está muerto / no me lo mataron / ni con la distancia / ni con el vil soldado), y Yo pisaré las calles nuevamente, de Pablo Milanés.

En esa perspectiva, que transita tanto por la preservación de la historia como por la necesidad de un arte que reivindique justicia e identidad, Concha Laborde, con el respaldo de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos de Chile, la Red de Sitios de Memoria y la Ruta del Canto Popular de Chile, aspira a que se junten todas las voces en la Casa.

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