Canciones que traen al presente al Novio de La Habana

A tan solo días de que recordaremos, a modo de homenaje, la vida y obra del doctor Eusebio Leal Spengler, en el aniversario 81 de su natalicio, este 11 de septiembre, bien vale volver una vez más a las canciones reunidas en el EP (formato de grabación musical cuya duración es muy larga para ser un sencillo, y muy corta para ser un álbum) El Novio de La Habana. Disfrutarlo nos lo traerá al presente, caminando como siempre las estrechas calles de La Habana, recorriendo sus barrios, salvando los viejos palacios y museos, trayendo luz a plazas y parques, o simplemente haciendo reír de felicidad al más pequeño de los niños y al más anciano de los pobladores del centro histórico de la ciudad.

En 2022, a dos años de su muerte y por su cumpleaños 80, la Oficina que dirigió con tanta dedicación, esmero y amor, sumó, a los testimonios recogidos de su grandiosa obra,  la música. Lo hizo lanzando primero, en el mes de julio, el single Profeta del amor, recogido en el proyecto fonográfico y audiovisual El Novio de La Habana, idea del compositor Alejandro Rodríguez (Alex Díaz), devenido verdadero tributo del autor al Historiador de la Ciudad.

En septiembre del mismo año, el día 11, El Novio de La Habana tuvo su presentación oficial en el Teatro Martí, y desde entonces el proyecto ha estado presente en las plataformas digitales nacionales e internacionales.

Para dar energía a este EP, que se hace acompañar, además, por un audiovisual, Alex reunió, con la producción musical de Pascual Cabrejas, las voces del dúo Ktalejo, que interpreta Profeta del amor; Vania Borges, en El Novio de La Habana; Leo Vera, en Rezo a la Ceiba; el Trío Los Embajadores en Café París, y al propio Pascual Cabrejas y los músicos de su Orquesta Tumbao Habana, en Barrio  de Jesús María. Como regalo, sumó el bonus trac Siembra, poema musicalizado, escrito a cuatro manos con Alden Knight, quien con su voz y maestría le aporta un valor de altos quilates a El Novio de La Habana. Cada uno con su estilo ayudó a conformar un producto variado, ecléctico, cubano y, sobre todo, humano, a la altura de Eusebio.