ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Tomada de Facebook

«Todo tiene su tiempo, y ha llegado el momento de cerrar el círculo. Este es nuestro canto del cisne, pero la música sigue y seguirá», confirmaron a la prensa los integrantes de The Eagles, al anunciar una extensa programación de conciertos de despedida, en una gira que comenzaría en Nueva York a principios del mes de septiembre, y posiblemente se extienda hasta 2025.

Obviamente, después de 52 de carrera, es lógico que cualquier agrupación quiera colgar los guantes y mucho más si ha sido honrada con un merecido reconocimiento proveniente tanto del público como por parte de la crítica. Para una gran mayoría, The Eagles es el grupo al que identificamos con la mítica canción de Hotel California, pero en realidad su impacto en la música contemporánea es mucho más abarcador.

En estos tiempos, cuando la búsqueda de algunos por alcanzar la diferencia en el terreno musical puede rayar desde lo absurdo hasta el ridículo, acercarnos a un grupo del rango de The Eagles implica un gesto de admiración y de respeto. De nuevo, la vida nos aporta evidencias del valor que tiene beber directamente de las fuentes musicales intrínsecas de cada cultura, al considerarse a dicha agrupación entre los principales exponentes del country rock.

Ahí están temas como New kid in town, Take it ease y One of these nights, considerados clásicos del género por el buen gusto desplegado en este profesional desempeño. Sin embargo, muy pocas bandas tienen el privilegio de pasar al selecto grupo de las memorables interpretaciones, aunque sea por una sola canción, como es el caso de Hotel California. Pero para ser justos, al duelo entre las dos guitarras que se desarrolla en la coda del tema, preferimos clasificarlo como portador de una magia contagiosa, fascinación que necesariamente no nos puede conducir a valorarlo como el mejor entre tantos otros solos que hay de estelares de guitarristas del rock.

A pesar de que, desde su salida al mercado en 1976, se ha corrido el rumor de que esta coda es muy similar a los acordes de la canción We used to know del grupo inglés Jethro Tull, tanto Don Felder como Joe Walsh, los guitarristas responsables de la grabación original, aseguran que «los solos no fueron planeados, simplemente sucedieron espontáneamente mientras tocaban el uno para el otro». Por su parte, el compositor de la canción, Don Henley, al referirse al texto que narra la estancia en un hotel del cual no se puede salir, asegura que se trata de una alusión al peligro del consumo de drogas, cuyos excesos te impiden abandonarlo y, por lo tanto, la ve como una canción sobre el lado oscuro del sueño americano. Y por enésima ocasión, Henley también aclara que es cierto que existe un Hotel California en Todos Santos, en la península de Baja California, México, pero que ellos nunca lo han visitado, aunque el hotel pretenda ganar clientes a partir de la popularidad de la canción.

Una vez más somos testigos del destino final de una agrupación que será recordada como un componente clave en esa etapa de oro para el rock que tuvo lugar en los años 70 del pasado siglo.

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