Nada podrá el odio contra la poesía y la cultura cubanas

«Los escritores y artistas cubanos repudiamos todo intento por descalificar la trayectoria poética y humana de Nancy, y expresamos nuestro apoyo solidario a la insigne creadora. Nada podrá el odio contra la poesía y la cultura cubanas», aseguró el intelectual Alberto Marrero, presidente de la Asociación de Escritores de la Uneac, al denunciar ayer, en la Sala Villena de la institución,  acompañado por varias generaciones de autores y artistas, «la campaña difamatoria contra la poeta y ensayista Nancy Morejón, una de las voces más prominentes y reconocidas de la lírica insular, Premio Nacional de Literatura 2001».

En las últimas horas, refirió, «espacios digitales sostenidos por quienes aspiran a subvertir el orden social que la inmensa mayoría de los cubanos hemos libremente adoptado, se han hecho eco» de esa campaña contra la poeta, invitada al Mercado de la Poesía 2023, en París.

Personajes que «se alinean en el bando de los que odian y deshacen, presionaron a los organizadores del evento para privar a la escritora de la condición de Presidenta de Honor de la cita, con la que se hace justicia a una obra de resonancia internacional». Para conseguirlo, «el Pen Club francés y algunos de sus seguidores, apelaron a gastados lugares comunes en los ataques contra artistas e intelectuales que viven y trabajan entre nosotros, a quienes no perdonan la fidelidad y entrega a su pueblo y su cultura».

El Festival Internacional de Poesía de La Habana condenó igualmente la guerra cultural y comunicacional contra Cuba y su Revolución, que ahora ataca a la destacada intelectual.

El Movimiento Poético Mundial, del que Morejón es miembro, emitió una declaración en la que «llama a repudiar estos actos contra la cultura cubana y contra cualquier manifestación artística de cualquier país del mundo». El supuesto «pecado» de Nancy ha estado en «vivir y trabajar en Cuba, y permanecer al lado de la Revolución Cubana.

El Movimiento llama a la comunidad internacional a repudiar la situación que «ante una ola de mediocridad y politización extrema», enfrentan «los artistas cubanos que salen de la Isla a desarrollar su trabajo», una «práctica  que ofende e intenta humillar a todo artista que, fiel a su pueblo, permanece junto a él, ante el embate imperial y la guerra económica, financiera, comercial, mediática, diplomática y cultural que libra Estado Unidos de Norteamérica contra la pequeña isla socialista del Caribe».