
Del 1ro. de marzo al 1ro. de abril estuvo trabajando la cubana Loipa Araújo, maestra y ensayadora muy solicitada actualmente en todo el mundo, con el Ballet Real Danés (BRD), una de las compañías de más arraigo y tradición en la historia de la danza.
Esta agrupación, cuyos orígenes se remontan a 1748, es el prototipo por antonomasia de una de las grandes escuelas de ballet: la danesa, identificada principalmente con el bailarín, maestro y coreógrafo Augusto Bournonville, figura emblemática de la historia de la danza, quien sistematizó y dio una fisonomía propia tanto a la escuela como a la compañía.
El nombre de Loipa Araújo está muy vinculado al nivel que ha alcanzado internacionalmente la escuela cubana de ballet. Fue gracias al talento de Loipa que el Ballet Nacional de Cuba incorporó, por primera vez, a su repertorio una coreografía de Bournonville: el pas de deux de Festival de las flores en Genzano.
Corría el año 1975, y la bailarina cubana, entonces primera figura de los Ballets de Marsella, se presentó como estrella invitada del BRD en el estreno, por esa compañía, del ballet La Arlesiana, de Roland Petit. Durante su estancia en Dinamarca, la Araújo se puso en contacto con el estilo Bournonville, y aprendió el célebre pas de deux, que posteriormente ella misma montó y estrenó en la compañía cubana, en 1976.
Por citar solo los inicios, valga recordar que los vínculos del ballet cubano con el ballet danés se remontan a los años 50 del siglo XX, cuando Alicia Alonso, estrella del hoy American Ballet Theatre, tuvo entre sus partenaires al gran bailarín danés Erik Bruhm, y cuando montó su versión de Coppélia en el Ballet del Teatro Griego de Los Ángeles, interpretó el papel de Swanilda junto al Dr. Coppélius de Niels Bjørn Larsen, quien llegaría a ser director de la gran compañía danesa en dos etapas diferentes, y es considerado como uno de los mejores intérpretes de ese personaje a escala mundial.
Es bien sabido que Loipa Araújo, junto a Josefina Méndez, Mirta Plá y Aurora Bosch, integra esa prodigiosa generación de bailarinas reconocidas mundialmente como «las Joyas cubanas», denominación que acuñó el crítico inglés Arnold Haskell. Aún permanece en la memoria de los amantes del ballet aquellas modélicas representaciones de Grand pas de quatre, en las que nuestras «cuatro joyas» aparecían juntas interpretando a las legendarias bailarinas del ballet romántico. Curiosamente fue Lucile Grahn, la gran bailarina danesa, el primero de los papeles que interpretó Loipa en el famoso divertimento, y fue ese personaje el que le valió la Estrella de oro, compartida con otras bailarinas cubanas, en el viii Festival Internacional de Danza, de París, en 1970.
Que Loipa Araújo haya ofrecido su magisterio y experiencia en el BRD es, sin duda, un orgullo y a la vez un triunfo del ballet cubano y de la escuela cubana de ballet, que tienen en la eminente bailarina y pedagoga uno de sus más ilustres exponentes.










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Telesforo (Deutschland) dijo:
1
5 de abril de 2023
06:46:59
Yadira Boffill Delgado dijo:
2
6 de abril de 2023
06:45:09
joseantonio dijo:
3
6 de abril de 2023
07:53:17
magda campos dijo:
4
6 de abril de 2023
19:58:26
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