ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Juliana Paes (María) y Agatha Moreira (Jos), en Dulce ambición. Foto: Tomada de Lavibra.com

No hay que dar muchas vueltas al asunto. Donde quiera que se ha proyectado Dulce ambición ha contado tanto con fieles y seducidos seguidores como detractores. Así ocurrió tras su estreno en Brasil en 2019 y su paso por otras televisoras. Cuba no fue la excepción.

Los primeros constituyen una legión, en la que se debe diferenciar los que asumen a conciencia las reglas del juego telenovelero de quienes defienden el producto a capa y espada, como si en ello les fuera la vida, y no admiten siquiera el más mínimo rasguño.

Cuando el colega Yuris Nórido adelantó sus criterios antes del capítulo final, una lectora apostilló en los comentarios a la nota publicada en el portal Cubasí: «Yo disfruto mucho la novela. No ando buscándole errores. Es entretenida y ya está. Sufrí con Vivi y disfruté todo lo demás. En fin, las novelas brasileñas siguen siendo para mí, ¡las mejores! Aunque siempre los periodistas cubanos traten de criticarlas». Y otro dijo: «Si no le gusta, cambie de canal o apague el televisor».

Nadie se extrañe si revisa la repercusión de la telenovela en el mismísimo  Brasil y encuentre un interesante contrapunto entre los altos índices de audiencia y la opinión de la prensa, incluso aquella que guarda nexos corporativos con Rede Globo.

La enganchada se debió, de acuerdo con especialistas en el funcionamiento del mercado audiovisual, a que, por un lado, gente común y corriente, con deseos de ascender socialmente, llevó el peso de historias populares  –una campesina que triunfa en una gran urbe con recetas de la pastelería tradicional, un abogado buena gente, un joven que apuesta por la fuerza de sus puños para llegar al estrellato, una familia venida a menos que gana el premio gordo de la lotería–, mientras por otro asomaron, absolutamente naturalizadas, nuevas entidades del imaginario social: la inapagable vida sentimental y sexual en la tercera edad, las relaciones homoeróticas, la presencia cotidiana de las digital influencers y el género trans. 

Un muy seguido bloguero paulista resumió: «A Dona do Pedaço (título original en portugués) cumplió su misión. Walcyr Carrasco (el escritor) marcó otro éxito propio y conquistó al público con una historia popular, sencilla, llena de personajes carismáticos y meramente escapistas. Fenómeno publicitario, explotó en audiencia y repercusión en las redes sociales».

Lo cortés no quita lo valiente. Llegar a las audiencias a toda costa tiene su costo cuando se hace de manera burda, tosca, subestimando a parte de esa audiencia. Los giros imprevistos e ilógicos de la trama, la folclorización del sicariato en el Sertao, el saqueo indiscriminado e irresponsable de conflictos y situaciones explotadas con mucha mayor eficiencia y propiedad en otras telenovelas, la estupidización de personajes impresentables y la inserción de subtramas colgadas a la cañona, hablan de una teledramaturgia mediocre.

Si no fuera por Juliana Paes yo mismo hubiera apagado el televisor; la actriz hizo creíble y digeribles los pasteles de María de la Paz. A unos cuantos probadísimos actores del elenco se les hizo muy difícil hilar los gruesos trazos de un escritor que, cuando ejerció crítica años atrás, fustigó lo que ahora suscribe, como guionista, con desfachatada impunidad.

Un punto a su favor. Si no fuera por la reveladora expresión que Agatha Moreira  imprimió al rostro de Jos en el minuto final, me hubiera perdido el último capítulo. Fue como ver en pantalla una metáfora del fundamentalismo evangélico bolsonarista de estos tiempos en Brasil.

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Pomares dijo:

1

6 de septiembre de 2022

19:11:01


Puede ser criticable la o las novelas brasileñas pero cuando analizaremos las ultimas cubanas?

Bella Maria dijo:

2

7 de septiembre de 2022

11:09:54


Ante todo buenos dias, no se porque siempre tenemos el afan de criticar lo q hacen otros no soy expecta en el tema pero como televidente doy mi criterio al nivel visual y de entretenimiento hasta donde alcanza mi conocimiento se q el mercado brasileño es dificil de penetrar y defienden mucho su cultura y las novelas es parte de ello a mi me gustan en lo personal pq siempre busco lo positivo a mi nivel de conocimiento sin tanto tecnisismo y por lo menos trasmiten valores a pesar de como es su sociedad pero ya lo dice Pablo Milanes No somos ni nadie es una sociedad perfecta y exaltan valores universales q no debemos perder el sacrificio de una madre por darle lo mejor a su hija y como le pago esta con el desagradecimiento y lo esencial el respeto a los mayores el precio q tuvieron q pagar ambas por la sobreproteccion de una y el complejo q siempre tuvo la otra y q reconociendo la madre los errores y el rechazo de su hija la misma lucho y no la abandono deberes q tenemos los padres y no apañar tanto las cosas erradas q hacen nuestros hijos y para colmo dios le pone una segunda oportunidad concediendole otra hija. Asi q no se q tiene q ver el fundamentalismo evangelico de bolsonaro con una situacion tan comun. Pero me gustaria conocer q valores trasmitio la Telenovela Tan lejos pero tan cerca. Un placer poder emitir mi criterio.

Edelis milagros dijo:

3

7 de septiembre de 2022

19:05:50


Como nos gusta la crítica sin resolver nuestros problemas .No hay peor novela q la q acabaron de trasmitir tan cerca y tal lejos ufff .todavía no he visto nada pues la opinión de el pueblo en la calle es pésima.gracias .hablo por mi nada mas.

Cubanito dijo:

4

7 de septiembre de 2022

20:44:46


Siempre hablo de como se desaprovecha en Brasil la cantidad de dinero que se pone en este negocio para hacer algo inteligente, con un mensaje y no un bodrio pesado que me hace pensar que los escritores y guionistas imaginan que los televidentes somos tontos o faltos de inteligencia, y eso solo, me molesta. Creo que hacer algo entretenido no tiene que estar necesariamente reñido con algo inteligente, útil, que refleje una enseñanza, que tenga un mensaje. Insisto que deberían aprovechar más todo el capital económico que se pone en este negocio para construir a mejores seres humanos por todo el mundo y no desperdiciar tiempo y dinero en crear más mentes vacías.