Lo principal de 2021 para las artes escénicas en Cuba ha sido resistir, como para todos los sectores. Y también reinventarse otras presencias. Es decir, crear.
A puertas cerradas, en los espacios de ensayo también se continuaron procesos a la espera de que la pandemia cediera. Varios de ellos pudieron mostrarse en los pequeños oasis de algún lugar en particular, muchos más de un tiempo a esta parte, cuando se tiene la posibilidad de acercar al público a espectáculos, cortas temporadas, giras locales y hasta eventos. Las felices noticias al respecto nos llegan desde todas partes del país.
Contabilizar impactos y calidades tendrá que esperar a la reconfiguración del mapa resultante de estos dos años bajo el asedio de la COVID-19, aunque el Consejo Nacional de las Artes Escénicas (CNAE) y sus instancias provinciales no dejaron de financiar a sus artistas, en política inédita en cualquier lugar del mundo. También se entregaron los premios nacionales de cada manifestación y otros reconocimientos habituales del sistema.
En las redes se multiplicaron mensajes de bien público, acciones articuladas para esas vías y transmisiones de puestas en escena, algunas concebidas especialmente para ese universo o para la televisión. El gran medio masivo ha dado más espacio al teatro con producciones auspiciadas por el CNAE.
En ese sentido, el Festival de Teatro de La Habana, realizado en octubre, esencialmente por vía virtual, consignó una inusual avalancha de espectáculos, eventos teóricos y otras actividades que deben tener esa presencia de forma permanente. Si cierto es que la escena necesita la confrontación presencial del público, no olvidemos en cuántos espectadores se crece en toda la Isla con respecto a sesiones que no suelen traspasar las cifras de unas decenas de personas.
A riesgo de ser repetitivo, subrayo que en este tiempo pandémico se ha avanzado mucho más en esa presencia de acciones y eventos culturales por la televisión. Hay que hacerlo estructural, habitual, con el teatro y la escena en todas sus formas. Y hasta pasar a mayores: dedicar un canal íntegramente a la programación cultural. Con la simple organización de muchos espacios que ya existen y la sumatoria de estas transmisiones, se puede lograr.
Será, en mi opinión, parte esencial de una nueva cartografía de existencia y disfrute de las artes escénicas nacionales y foráneas, y de la cultura en general, que emergerá, como algo positivo, de esta época dolorosa e inolvidable.
Puedo concluir este apunte con la reiteración de un párrafo de un año atrás que hoy es, acaso, más real que entonces: Fracasadas las histéricas alharacas que pronosticaron, y hasta desearon, escenarios sociales de caos para una Cuba bajo pandemia, todo se encamina hacia la normalidad en la Isla.
También el teatro, la danza, el circo y todas las especialidades de las artes escénicas.
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