ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Rabindranath Tagore, nacido hace 160 años. Foto: Tomada de Internet

Tiene la India entre sus grandes hijos uno al que admiran todos los seres rectos del planeta. Llegó al mundo hace 160 años, en la ciudad bengalí de Calcuta, y vivió para amar, fundar y combatir, en cualesquiera de las circunstancias en que tuvieran lugar, las injusticias del mundo. 

Poeta inmenso, extraordinario también como maestro, traductor, periodista, compositor, dramaturgo, novelista, pintor, músico, investigador insaciable de la literatura sánscrita y de la música, irremediable humanista en el sentir y el actuar, tuvo como inspiración permanente la llama del bien, el amor por la naturaleza, el respeto por sus semejantes, la ausencia absoluta de toda degradación.

Aunque no creyó ser combatiente, su corazón, donde ardían su patria y el amor por la humanidad, lo convirtió en un incansable luchador social, que alzó enérgicamente su voz en diversos escenarios del mundo, para criticar el régimen colonial que ponía de rodillas al país. Valga recordar que, al volver a su tierra, en 1919, y contemplar la matanza de Jallianwala Bagh, a cargo del ejército extranjero que arremetió contra personas civiles, y causó más de 300 víctimas, no quiso que siguiera junto a él el título de Caballero, otorgado por Inglaterra –a causa del Premio Nobel, que recibiera en 1913– y apoyado por Mahatma Gandhi, al frente del Partido del Congreso, renunció al reconocimiento imperial.

El Nobel, otorgado en 1913, con 12 votos a favor, de entre 15 personalidades a ejercerlo, convierte al genio bengalí en el primer autor de Asia que recibe el nombramiento sueco.

Vasta es la obra de este hombre universal, que usando la palabra para pintar maravillas firmó unos mil poemas, cerca de dos docenas de obras de teatro, ocho novelas, ocho volúmenes de noveletas y cuentos, y varios libros de crónicas de viaje. La sostenida amistad con otro grande, el líder Mahatma Gandhi, quien lo llamó divino maestro, bien habla de su entereza.

Será un gusto inmenso regresar por estos días, en que se recuerda a Rabindranath Tagore, a esa ofrenda cálida que es su obra. No habrá modo de no salir fortalecidos ante una escritura estremecedora que transpira fe en el hombre y la tan necesaria armonía del mundo. Leerlo nos hará mejores. «La vida –nos dejó dicho– se nos da y la merecemos dándola». No defraudemos tamañas palabras.

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María dijo:

1

7 de mayo de 2021

09:37:42


Excelentísimo comentario Me ha encantado, invitación a leer y conocer a este gran hombre Rabindranat Tagore.

Xiomara dijo:

2

7 de mayo de 2021

11:08:19


Su obra La morada de la Paz es un clásico para los pedagogos

Alejandro dijo:

3

7 de mayo de 2021

12:41:37


Belleza de articulo, es el arquetipo de escrito que debía incluir Granma con mas frecuencia. felicitaciones a la autora, cultivar, educar es una tarea perpetua.