ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Es el pueblo que tanto la admira y respeta, el depositario natural de todas las canciones que le han florecido a Liuba María Hevia. Foto: Juvenal Balán

La experiencia de sentirnos contemporáneos de una cantautora cuyo quehacer se ha extendido más allá de dedicarse a componer y a cantar para encontrar un público que la siga, nos confirma la certeza de estar frente a la concreción de un suceso privilegiado.

No podemos pensar de otro modo cuando, al escuchar sus canciones, nos invade una revelación como la de ser testigos de la evocación de los monjes, desde elevadas cumbres, a favor de la vida o, sencillamente, la de vislumbrar el entorno sonoro ideal para compartir íntimamente con la persona amada. Es por el dulce timbre de la voz, junto al cálido acento del emocionado canto y el lirismo de las composiciones que, al nacer de un arte fecundado por su extrema sensibilidad, convierten a Liuba María Hevia en una figura de la cual no encontramos antecedentes en el panorama de la música cubana contemporánea.

Nada más que de mencionar obras suyas como Ilumíname, Ángel y Habanera o Alguien me espera, nos cubre una evocadora nostalgia tan profunda como la cubanidad que les brota, para prenderse en el dintel de nuestra identidad como nación. Tanto es así, que a artistas raigales como Liuba les tenemos prohibido que se recuesten en las llanuras de nuestros campos para no correr el riesgo de que el cuerpo se les convierta en las mariposas, los girasoles y las palmas que anidan en su alma. Aprovechemos entonces este breve acercamiento al impacto de Liuba en la sociedad, alguien que llegó al mundo en diciembre, para precisar que la perenne invocación de semejante obra ha contribuido a la necesidad de redefinir la valía del significado de los hits. Que esta no sea la única referencia para aquellas exitosas canciones propias de la música comercial, por la inconfundible ligereza de su elaboración e inmediata y fácil asimilación por parte de un público que las asume para condenarlas al olvido tan pronto aparezcan otras.

Con la obra de Liuba María Hevia, no hay duda de que estamos ante un suceso comercial a cargo de hits, pero caracterizados por el rigor, la creatividad y la autenticidad de una obra dirigida a otros mercados, donde la popularidad derivada del éxito permanece lo suficientemente anclada como para no andar extraviada por los aires. Precisamente, en la eterna primavera de una pródiga existencia.

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Héctor Volonte dijo:

1

22 de diciembre de 2020

10:14:09


Sin dudas una gran representante de la música y la cultura cubana, moderna, dinámica, dulce y profunda que junto a tantos otros deja muy bien parada a la Isla. Y vendrán muchos éxitos!!! Salut!

Bárbara Lorenzo dijo:

2

22 de diciembre de 2020

11:13:41


Creo que casi todo está dicho,pero también creo que tendríamos que reinventar un nuevo diccionario para poder expresar mucho más, es un ser tan GRANDE y tan sencillo a la vez que tiene ganado al mundo con esa voz de Angel que la representa, solo puedo decir.....Gracias Liuba por existir y Gracias a su madre por haber parido un Angel, te queremos y admiramos SIEMPRE.

Berquis dijo:

3

22 de diciembre de 2020

14:46:05


120 % de acuerdo con Usted. No hacen falta mas Liubas. Saludos,

gustavo dijo:

4

22 de diciembre de 2020

20:32:41


que privilegio para el pueblo nuestro haberla tenido entre nosotros aca en medellin.!!!!!!que voz!!! y que profundidad en sus canciones.mi sentimiento de admiracion