CAMAGÜEY.–Algunos pueden llamarlos locos, pero están muy lejos de serlo: acostumbrados a asumir todos los desafíos posibles, los integrantes de la Cruzada Literaria se lanzan cada año al camino para llevar, con su arte, una dosis de esperanza a los lugares más apartados de la ciudad cabecera provincial.
Ya en su decimoséptima edición, en medio del trance de la pandemia de la Covid-19, el evento auspiciado por la filial camagüeyana de la Asociación Hermanos Saiz (AHS) tuvo que enfrentar el inconveniente de no poder contar, como en ocasiones anteriores, con invitados de otros territorios.
Sin embargo, lejos de restarle brillantez y contenido por la obligada ausencia de amigos entrañables, la nueva generación de asociados, junto a los fundadores, se encargaron de impregnarle a la expedición cultural la misma pasión, el ambiente creador y la vocación emprendedora de los días iniciales.
Una de las promotoras del proyecto hace 17 años, la poeta y narradora Mariela Pérez-Castro, recordó en la publicación Sendas, de la AHS, que, de entonces acá, la Cruzada Literaria creció y ganó renombre, como fiesta de la palabra y la música en sitios escondidos donde pocas veces había puesto sus pies un poeta.
«Los locos fundadores, escribió, seguimos dispuestos a continuar siendo los cruzados, a rodar caminos para llevar belleza y amor donde sea necesario y a celebrar cada 13 de agosto el cumpleaños de Fidel, a pesar de oscuridades, bloqueos y epidemias, y así, mientras nos perdure la alegría.»
La comitiva camagüeyana, integrada por jóvenes escritores, trovadores, narradores orales y actores, comenzó su acostumbrado itinerario de toda una semana por el Parque de la Constitución, en Guáimaro, lugar donde en el 2003 se organizó, precisamente, la primera lectura de poemas.
A partir de ese momento, en un mano a mano con autores locales, se sucedieron actuaciones memorables, lo mismo bajo los árboles de un parque que en un escenario improvisado en los barrios y comunidades de los municipios de Sibanicú, Minas, Nuevitas, Florida, Camagüey y Carlos Manuel de Céspedes.
Como parte del programa de la XVII Cruzada Literaria, tuvieron lugar, esta vez, lecturas de creaciones de autores camagüeyanos, presentaciones de libros, descargas de trovadores, conciertos de agrupaciones musicales, conversatorios y muestras de cápsulas promocionales de artistas visuales y escritores.
La feliz comunión de esas opciones culturales, enlazadas por fuertes sentimientos de bondad, al decir de la escritora Evelin Queipo Balbuena, además de servir de cálido abrazo a las comunidades, constituye igualmente una forja inigualable para los jóvenes artistas comprometidos con su tiempo.
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