ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Las actas capitulares son el tesoro y la razón de ser de la Oficina del Historiador de la Ciudad, admitió Leal Spengler, quien acompañó a los presentes en la observación de tan importantes documentos históricos, como preámbulo de la celebración de los 500 años de fundación de La Habana Foto: Ariel Cecilio Lemus

Mucho antes de que los caminos de la legitima hermandad latinoamericana se robustecieran, y la Revolución Cubana se erigiera como sucesora de los ideales y anhelos de la Revolución Mexicana, la fraternidad entre México y Cuba era ya una constante, no en vano al cerrar la segunda década de este ya inquieto milenio, Cuba y México conmemoran cinco siglos de una historia que nos une y nos enorgullece.

Siempre he admirado la proeza de los valientes del yate Granma y cómo un puñado de jóvenes liberó a su patria consumando su soberanía. Eso no solo aviva simpatías sino un profundo reconocimiento. El Comandante Fidel Castro Ruz, venció dragones, forjó una patria y pronto tuvo no solo que ser un actor de primer orden en el concierto de las naciones, sino lograr que la mayor de las Antillas creciera en salud, educación, paz social y por supuesto también en la cultura.

En este último rubro destaca un hombre que ya es leyenda: Eusebio Leal Spengler, sin duda el referente cultural por antonomasia de la Cuba revolucionaria y un amigo de México por excelencia. Don Eusebio no solo conoció la historia de Cuba sino también la de su amado México, fue en particular entre tantos temas de esta tierra, un conocedor de la figura del Generalísimo Morelos, el más grande de los mexicanos.

La Trayectoria personal de Don Eusebio es en sí una más de las historias de éxito de tantos cubanos talentosos y sería la fuente natural de reconocimientos a un perfil ejemplar, sin embargo Don Eusebio no eligió las glorias para sí, discreto como lo son los hombres inteligentes, las prefirió para su patria y pronto logró con ingenio y eficiencia, multiplicar los recursos disponibles y comenzar con sus manos a restaurar el casco antiguo de La Habana hasta lograr la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.  No en vano es conocida la historia de cómo llegaba a algún inmueble histórico abandonado o en malas condiciones, establecía allí un «centro de mando» y comenzaba reparando puertas y ventanas hasta concluir su restauración.

Pronto su ejemplo no solo fue un modelo exitoso en cuanto al rescate, restauración y promoción del Patrimonio histórico y cultural de una ciudad, sino también de cómo este puede ir de la mano del sentido social beneficiando a quienes viven en lugar, no en vano su Habana vieja vio nacer bibliotecas públicas o centros de maternidad para los habitantes de la zona.  A la par de todo esto y mientras incansable trabajaba por la historia y cultura de su nación, sin proponérselo Don Eusebio fue el mejor embajador de Cuba, su devenir intachable fue siempre un motivo de orgullo y prestigio para la valiente Isla. Los reconocimientos internacionales al Historiador de la Ciudad son incontables pero afortunadamente más que justos y merecidos.

Tuve la fortuna de saber de Don Eusebio en 1994, yo era joven y mis padres visitaron Cuba, mi madre  Cecile Camil Garza, es una probada promotora cultural en mi patria y por ello la reunión con Don Eusebio fue natural, la simpatía entre mis padres y el Historiador de la Ciudad surgió de inmediato y mi madre supo resumir en unas líneas la inmensa labor de Don Eusebio al manifestarle no solo el placer por “Andar La Habana” sino al afirmar que: «participar en tareas de rescate y restauración del patrimonio cultural de los países es participar, en cierta forma, de la continuación de su historia».

Nos propusimos hace poco menos de un año que Don Eusebio visitara Cuernavaca para rendirle un homenaje en el México que tanto amaba y donde se sentía como si estuviera “andando” su Habana, sin embargo la altura de Ciudad México impidió el viaje, debido a su ya quebrada salud.

Hoy de Cuba llegó la triste noticia de que Don Eusebio partió, sin embargo, siempre estará presente en cada plaza, en cada calle, en cada edificio histórico de esa Habana Vieja, tan fraterna, tan Cubana pero también Patrimonio Cultural de la Humanidad.  Gracias a Eusebio Leal Spengler cubano y latinoamericano universal.

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Raul dijo:

1

1 de agosto de 2020

00:11:59


Tengo la dicha de haber visitado la ciudad de la Habana, Cub. Y convivir con su gente, sus costumbres y conocer algo de su historia, Me parece interesante y valiosa la vida de Don Eusebio, que aquí nos narran en sus aspectos sustantivos

Benjamin Berdion dijo:

2

2 de agosto de 2020

12:09:05


Roberto Abe Camil, deseo agradecer tus palabras al cubano ejemplar-Eusebio Leal Spengler-sin lugar a dudas, fue amigo de México, como era amigo de todos los pueblos de America-Latina y el Caribe, agrego, que también era amigo de los pueblos de Africa, Europa, Asia, tengo en la mente la visita del Rey de España, el que lo condecoro, con la mas alta distinción de la -madre patria. Es por ello que el presidente de los historiadores cubanos, hizo referencia a todas sus condecoraciones y reconocimientos, donde incluyo varias decenas de paises. Pienso como otros-ciudadanos-, se le debe construir un espacio en la Habana Vieja, donde se le pueda rendir permanente tributo. Hasta Siempre Eusebio Leal de Cuba.