Cuando se afirma que algo está equilibrado es porque se ha logrado conservar una distancia balanceada entre los puntos, al alcanzar el buscado equilibrio. En tal sentido, para nadie es un secreto que, en décadas atrás, entre las manipulaciones en la prensa del enemigo, se pretendía imponer el punto de vista de que la música cubana, la verdadera para ellos, es la que se hizo en Cuba antes de 1959.
Obviamente, tras esta aparente «voluntad» de elogiar a los clásicos, lo que realmente se esconde es desconocer el avasallador desarrollo de la cultura cubana revolucionaria, específicamente en lo relativo a la música popular.
No por gusto cuando en 2014 Juan Formell es honrado con el Premio Grammy a La Excelencia Musical por la obra de la vida, en lo primero que nos comentó al respecto hace una alusión directa a esta problemática: «Aunque dicha distinción ha sido depositada en mi persona, está implícito un reconocimiento que abarca a orquestas que van desde Irakere, Adalberto Álvarez y su Son, Pupi y Los que Son Son hasta Havana D´ Primera, entre tantas otras agrupaciones. Han tenido que ceder al reconocer la valía de la música cubana después de 1959 y, por lo tanto, que el son no se fue de Cuba. Se han convencido de que los músicos cubanos de ahora estamos en otros tiempos, que requieren de una evolución que se corresponda con los momentos que estamos viviendo. Nada, que les ganamos la pelea», dejó asentado para la eternidad el inolvidable maestro.
Entonces, ante el hecho consumado de que en dicha disputa la justicia se ha puesto de nuestro lado, esta explicación de Formell sobre la lógica evolución profesional en el tiempo de nuestros músicos, para nada quiere decir que no nos interese el tesoro de un pasado, celosamente resguardado en las arcas patrimoniales de nuestros sentimientos.
Los que tienen problemas son los otros, los que están limitados espiritualmente son aquellos que quisieran que negáramos la presencia de un legado. Por ejemplo, cuando Pablo Milanés aparece acompañado al piano por José María Vitier, en el disco La flor oculta de la vieja trova (Bis Music, 2018), nos revela un exquisito tratamiento otorgado a las canciones de aquellos trovadores originarios como Ramón Márquez, Rafael Gómez y Manuel Corona, entre otros, por lo que no resultaría fantasioso afirmar que de la auténtica realeza, integrada por las almas de estos humildes y sencillos caballeros en la Corte de la Vieja Trova, han pedido acceder al milagro de la resurrección nada más por un instante para hacernos escuchar sus agradecidos aplausos. Otro tanto le ha ocurrido a los agrupados en la también distinguida Corte de los grandes conjuntos cubanos, como fueron el conjunto Casino, el conjunto Chapottin o el conjunto Son 14, cuyas piezas engrandecen el disco A romper el coco, lidereado por Alexander Abreu, Alain Pérez y Mayito Rivera. Estamos hablando de un relevante proyecto discográfico de la Egrem, en el cual estas exitosas personalidades de la música bailable de ahora mismo, son músicos que no necesitan de esta cita con el pasado para ganar todavía más repercusión de la que ya tienen, a no ser que los animen motivaciones éticas mucho más poderosas.
¿Y qué otras razones pudieran ser sino las del respeto y la admiración por esa obra que perdura entre los valores identitarios de la nación? Pero no nos llamemos a engaño. Semejante sensación no se consigue por el simple hecho de asumir la participación en esta realización discográfica como un llamado más de entre tantos otros.
El elevado rango de calidad presente en el disco A romper el coco, da muestra no solo del talento y de la alta capacidad profesional desbordada por cada uno de los implicados, sino que ha requerido de un extra que encierra la imprescindible dosis de amor a lo nuestro, de que nos reconozcamos orgullosos en la vitalidad de nuestras profundas raíces culturales. Al regodearnos en la magnificencia de esta música, resulta imposible clasificarla como testimonios de un ayer detenido en el tiempo, porque nunca ha habido olvido entre nosotros. Definitivamente, para vislumbrar el prometedor mañana de la música cubana, hay que tener en cuenta el compromiso con esta esencia: «Si no sabes de dónde vienes, no sabrás hacia dónde vas».
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Lazaro dijo:
1
27 de marzo de 2020
10:29:06
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