Son para ti
Recién empiezo a comprender, que te he llevado en mí,
desde que supe distinguir entre amor y mujer.
Desde que pude valorar, entre mis bolas de jugar
y un beso.
Y al cabo de tanto besar a otras, me encuentro yo.
Comparto el centro de mi juventud, con el final de tu niñez.
Son dos etapas que al azar, se unieron para derrotar al tiempo.
Enséñame, mujer del hechicero, a navegar,
la senda que me lleva hasta tu cuerpo.
Y hazme sentir, con el contacto suave de tu piel,
que nuestro amor supo vencer al tiempo.
Y búscame, cuando la tarde pierda su esplendor,
cuando tenga la noche entre mis brazos.
Y en el lugar, que ayer la oscuridad nos ocultó,
suspirarás, desde el primer abrazo.
José Ordaz
Lo más probable es que usted, nada más de leer el nombre de esta canción, se identifique de inmediato con ella. No solo por la cantidad de veces que la ha escuchado en versiones de diferentes procedencias, pues obviamente, se trata de una famosa pieza musical. Además, porque en muy pocas ocasiones tenemos la dicha de encontrarnos con extractos poéticos de tanto lirismo, provocados por el amor.
Aunque su autor, el entrañable Pepe Ordaz, trovador de larga data, asegura que hablamos de una canción con mucha suerte; en realidad, todos sabemos que se trata del espléndido derroche de lo bello hecho versos, montados en la ternura del inapreciable son para convertirla en una obra de arte. No puede haber otra explicación para las más de 15 versiones que van desde la primera que estuvo a cargo del conjunto de Roberto Faz hasta las del Sierra Maestra y el grupo Moncada o las del grupo de Pancho Amat o Issac Delgado, entre tantas otras.
Obviamente estamos ante una canción, cuyo misterio de enamorados siempre cautivará a alguien más para hacerle su propia versión, al quedar atrapado, sobre todo, por la magia que desprende la tercera estrofa de la pieza. Al respecto, el viejo Pepe, a quien le distingue un criollo sentido del humor, hace público el origen de dichos versos.
Nos confesó que esta canción la hizo cuando tenía 20 años de edad y el motivo de la inspiración, 14. Se trata de Glenda Milai Gutiérrez, una amiga que aprecia mucho. En su búsqueda de cómo acercarse a la muchacha, un día estaban en la playa junto a un grupo de amigos y a él se le ocurre proponerles a todos hacer el «juego de los cogidos» en el agua. Cuando le llegó el turno de tocar a los demás, Pepe intentó acercarse a Glenda para abrazarla, por lo que estuvo nadando tras ella durante más de diez minutos infructuosamente. Al rato, un amigo le pregunta: «Oye, ¿tú no sabías que ella era campeona municipal de natación?». «No, se te olvidó darme ese detalle», respondió el exhausto galán.
COMENTAR
Eusebio dijo:
1
25 de junio de 2019
07:07:59
María Josefa Rivera. dijo:
2
25 de junio de 2019
15:29:59
Regla Teresa dijo:
3
25 de junio de 2019
16:04:54
Mel dijo:
4
27 de junio de 2019
09:47:44
Gladys dijo:
5
3 de julio de 2019
09:30:41
Responder comentario