El primer premio compartido entre el rumano Mircea Stefan Gogoncea y el español Javier García Verdugo, en la fase competitiva del XV Concurso y Festival Internacional de Guitarra de La Habana, hizo justicia a intérpretes de notables recursos técnicos y depurada expresión, de acuerdo con la valoración del jurado encabezado por el maestro Jesús Ortega.
También resultó meritorio el segundo lugar conquistado por el cubano Carlos Miguel Ledea, egresado del conservatorio José María Ochoa, de Holguín, y estudiante de segundo año de nivel superior en la Universidad de las Artes, quien con su desempeño puso de relieve la categoría de la Escuela Cubana de Guitarra.
En la sala Covarrubias, los laureados exhibieron credenciales en la jornada de clausura. Ledea inició la ronda con dos movimientos de la Sonata no. 5, del español David del Puerto (Madrid, 1964), presente en La Habana.
Se trata de un autor prolífico, con más de 160 obras en un catálogo diverso, el cual ha aportado obras de notable interés para el instrumento, como su ciclo de sonatas. Al escuchar los pasajes ejecutados por Ledea, es posible entender la filosofía creativa de Del Puerto resumida en estas palabras: «Decir que uno quiere hacer una obra expresiva equivale a decir que le interesa conscientemente la inteligibilidad de lo que dice, la capacidad que tiene su mensaje de llegar, pleno de significado, hasta el otro».
Las virtudes de García Verdugo afloraron al asumir tres preludios del brasileño Heitor Villa-Lobos, rotundos en intención y como recién salidos del horno de la creación. Es un intérprete equilibrado, que sabe extraer el sonido que se corresponde con el talante de la partitura.
Con el respaldo de la Sinfónica Nacional, bajo la batuta de Enrique Pérez Mesa, el rumano Gogoncea entregó el Concierto en Re mayor, del florentino Mario Castelnuovo Tedesco, a quien el gran Andrés Segovia valoró como un compositor que «entiende qué es escribir para la guitarra». Precisamente el español estrenó esta obra en Montevideo el 29 de octubre de 1939. Gogoncea interiorizó el carácter de los temas y giros discursivos en los tres movimientos de la partitura.
Antes de comenzar la jornada, el auditorio escuchó un mensaje del fundador del evento, el maestro Leo Brouwer, en el que no solo ponderó los esfuerzos de las instituciones y los organizadores por garantizar la continuidad de la cita, sino también se advierte un renovado compromiso con tan necesaria acción cultural.










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