ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
San Juan Camagüeyano. Foto: Rodolfo Blanco Cué (ACN)

CAMAGÜEY.—Antesala del programa de ve­ra­no de los meses de ju­lio y agosto, el San Juan Ca­ma­güe­yano sirve cada año de termómetro para medir la capacidad organizativa de esta ciudad patrimonial en función de la recreación y el esparcimiento del pueblo, a punto de cerrar un primer semestre de fuerte laboreo en todos los sectores de la producción y los servicios.

Hasta hoy 29 de junio transcurre el tradicional festejo en más de 20 áreas diseminadas por toda la urbe, entre calles, plazas y pistas bailables, a las que se unen otros espacios emblemáticos como el Teatro del Pueblo, la Feria Agropecuaria, el Rincón del Humor, el Cabaret de Padre Valencia y el espacio dedicado a promover la música de la llamada Década Prodigiosa.

Una treintena de agrupaciones lo­cales compartieron por estos días los escenarios con las orquestas de Adal­berto Álvarez y su Son, Mano­lito Si­monet y su Trabuco, y Los Ka­ra­chis, de Santiago de Cuba, prestas todas a ofrecer lo mejor de su arte para amenizar la principal y más antigua fiesta popular de la provincia, cuyos orígenes se remontan a la primera mitad del siglo XVIII.

Fieles a la tradición, en lo que es considerado uno de los rasgos más auténticos de la cultura local, principeños y forasteros degustaron en plena calle el ajiaco camagüeyano, momento único en que los vecinos confraternizan y se divierten en los barrios, mientras elaboran en grandes ollas el famoso caldo elaborado a base de viandas y carne salada.

Otro momento que singulariza a los festejos del San Juan en la otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe es el carnaval infantil, en el que cientos de niños y adolescentes, en representación de los centros educacionales, toman por asalto la Ave­nida de la Libertad y el Parque Casino Cam­pestre, para deleitar al público con sus iniciativas, sorpresas y contagiosa alegría.

A tales atractivos, que gozan de la aceptación po­pular, se suman los paseos de carrozas, congas, comparsas, motos y autos clásicos, coches adornados, patinadores, bicicleteros, monos viejos y mu­ñecones, todo un espectáculo itinerante en constante evolución que atraviesa algunas de las principales arterias de la ciudad hasta culminar en la Plaza de la Caridad donde se ubica la tribuna central.

El cierre de los festejos transcurrirá hoy, uno de cuyos instantes distintivos será el entierro de San Pedro, cuando en horas de la tarde se produzca la peculiar ceremonia al compás de una gigantesca conga que mueve a miles de seguidores en un ficticio funeral lleno de gracia criolla en medio del toque de tambores y el repique de cencerros.

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