ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Eduardo Moya (izquierda) y Juan Castillo Vázquez. Foto: Alberto Borrego

Con el deceso de Eduardo Moya, a los 80 años de edad, víctima de una dolencia maligna irreversible, la televisión cubana perdió a uno de sus realizadores más capaces y creativos, un hombre profundamente com­prometido con la concepción del me­dio como portador de valores po­líticos, éticos y estéticos.

Aunque su última incursión, no muy feliz que digamos, la hizo en el cine, con el largometraje Sumbe (2011), producción del Icaic sobre uno de los episodios de la épica in­ternacionalista en Angola, la estela dejada por Moya en la pantalla do­méstica marcó hitos referenciales no solo en telenovelas y series dramáticas, sino también en la programación musical.

Es hora de recordar que fue el di­rector de Mientras tanto (noviembre 1967–abril 1968), espacio renovador y sin precedentes por su visión artística integradora, protagonizado por Silvio Rodríguez y al que tributaron el poeta Víctor Casaus y el diseñador René Azcuy. El tema de apertura era justamente Mientras tanto y el de cierre Y nada más, ambos de Silvio.

Tres años después Moya imprimió una nueva dinámica a las se­ries juveniles de aventuras con la rea­lización de Los comandos del si­lencio, inspirada en la guerrilla ur­bana uruguaya de Los Tu­pa­maros. La canción que identificó la obra, compuesta por Silvio Ro­drí­guez, si­tuó a su intérprete, la inolvidable Sara González, en la memoria popular.

Otro momento estelar en la carrera televisual de Moya llegó con Al­go más que soñar (1984-1985). Nun­­­­ca antes se había representado el espíritu de una generación, nacida luego del triunfo revolucionario, cuya inserción en la vida del país fue reflejada con sensibilidad y hon­dura en una serie que contó en el guion con el aporte del escritor Eliseo Al­tunaga, la fotografía de Ángel Al­derete, la música de Pablo Mi­lanés y las actuaciones protagónicas de Luis Alberto García, Ro­lando Brito, Bea­triz Val­dés, Isabel Santos, Patricio Wood, y En­rique Ál­varez.

La crítica también valoró la telenovela De tu sueño a mi sueño (1991), que honró la participación de los jóvenes en la lucha clandestina contra la dictadura batistiana.

Del rigor de su dirección escénica dejó testimonios de su altísimo ni­vel de exigencia en quienes lo acom­­pañaron en adaptaciones de textos teatrales para la TV, entre las que sobresalieron Las brujas de Salem, de Arthurr Miller, y La in­da­­gación, de Peter Weiss.

Artista de Mérito del Icrt y Pre­mio Nacional de la Televisión, Eduardo Mo­ya fue un infatigable promotor del debate en los foros convocados por la Uneac, a cuyo Consejo Na­cional perteneció.

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Lucìa Sarrìa Leyva. dijo:

1

6 de abril de 2016

23:48:30


Nuestras màs sinceras condolencias, para los familiares y amigos de este gran realizador de la televisiòn cubana.

cubana dijo:

2

7 de abril de 2016

08:41:33


mi mas sentido pesame para sus familiares, pedro como usted plantea en su articulo , hoy la TV perdió a uno de sus realizadores más capaces y creativos. Diria mas tuve la suerte de ser parte de aquellos que vieron en las pantallas lo mejor de la TV , que difiere mucho de lo que hoy se ve en nuestra TV.Ojala surgiera uno que al menos se pareciera a el , lo dudo.

Guglielmo Tell dijo:

3

7 de abril de 2016

11:54:30


Tuve la suerte de conocerlo personalmente. Un revolucionario hasta la médula, sin pelos en la lengua, conoció el mundo entero, lo cual solo afianzó su carácter de mambí. Tuvo la fama de "insoportable" entre personas que trabajaron con él, pero era en función de la excelencia de su oficio. Una pérdida para las trincheras revolucionarias.

Jesus dijo:

4

7 de abril de 2016

15:25:14


Hoy recuerdo más que nunca: Los Comandos del silencio, Algo mas que soñar y otros tantos trabajos que dejaron una huella imborrable en el arte audio visual cubano. Además, tuve la dicha de conocer personalmente a este inmenso hombre. Descansa en paz MAESTRO.