
CIEGO DE ÁVILA.—Los sonidos de la alegría se mezclan en un pueblo donde hay fiesta. Así lo pudieron constatar los participantes de la XXII edición de la Feria Nacional de Arte Popular Ciego de Ávila 2015 (FNAP) que celebraron hasta ayer el evento que cada dos años tiene lugar para homenajear lo mejor de las tradiciones culturales cubanas.
Aunque previstas 12 áreas para espacios, entre otros, como el folclor campesino; el afro caribeño; las tradiciones urbanas, la trova y el bolero; el teatro, que representa el teatro en la calle; las manifestaciones infantiles de las unidades artísticas más destacadas de los instructores de arte; la literatura; las exposiciones de los artesanos y el rincón del humor, lo cierto es que todas confluyen tanto por el ir y venir de los avileños —que saliendo de una se llegan a la otra porque nadie se quiere perder las propuestas— como por la fusión de los ecos que llegan de todos los rincones.
Agrupaciones emblemáticas consideradas grupos portadores de tradiciones autóctonas como Raíces soneras, de Las Tunas, creada a partir de una tradición músico danzaria familiar; Obbakosso, de Palmira, Cienfuegos; Voces del Milagro, del Cobre, Santiago de Cuba; Los Ritchard, de Guisa, Granma, y La Tumba francesa de Bejuco, Holguín, son solo algunas de las que pusieron a bailar a la comunidad avileña, que espera con júbilo su fiesta porque es algo que los identifica.
A esta valiosa lista de grupos participantes se sumaron La Cinta, de Ciego de Ávila, dirigida por uno de sus fundadores Jaime Phillips Phillips —presente en la fiesta— agrupación que resultó galardonada por cumplir 40 años de ininterrumpida labor, y Bantú Yoruba, por sus 55, cuyo reconocimiento recibió después de una brillante actuación su director Rafael García.
Abner Richard Losí, director de Los Ritchard, comentó a Granma la importancia que para ellos como agrupación tiene poder participar en estos encuentros porque “es la única forma de saber lo que hacen los otros grupos portadores que como ellos defienden tradiciones familiares con una honda huella en la comunidad donde se desarrollan.”
Durante estos días las puertas de la cuidad permanecieron abiertas a los festejos que aun disfrutando sus bríos se prepara ya para su edición próxima, dedicada a los elementos naturales puestos en función de los oficios tradicionales con valor patrimonial en los entornos comunitarios y a la literatura oral.
La FNAP constituye un evento de imprescindible factura. Su permanente defensa de la identidad nacional, validada con creces en su evento teórico, en el que especialistas de todas las provincias exponen sus investigaciones en torno a las raíces culturales nuestras, es acaso uno de los más rectos caminos para desmontar influencias globalizadoras que pretende imponer un mundo neoliberal, y sugerir con la fuerza única de la verdad los patrones culturales cualitativamente superiores que están vivos en nuestra isla.












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