En los dos últimos meses la Compañía Infantil La Colmenita ha entrado en una vertiginosa etapa de trabajo. A su más reciente presentación en la clausura del Festival de Teatro de La Habana, le antecedieron el estreno de Pedro y el Lobo en el Festival Internacional Les Voix Humaines; funciones en el Festival de la Cultura Maya, en México; y una participación especial en el Festival Mozart-Habana.
En medio de todos sus compromisos, porque su agenda es intensa tanto dentro como fuera de Cuba para las próximas semanas, la tropa de abejitas tuvo a bien dedicarle la tarde de este sábado 7 de noviembre a los 50 años de creación de nuestro diario, con la obra Y sin embargo se mueve.
La pieza original para niños y jóvenes del dramaturgo ruso Alexander Jmélik, defiende la búsqueda de la verdad y el respeto a la diferencia de criterios tomando como eje central la historia de Lapatún, un niño cuya visión nos sumerge en una atmósfera efervescente, de apoteosis de la imaginación que, cual caja de Pandora, desata las emociones y las enseñanzas.
Con música de Silvio Rodríguez, esta es una puesta a la que podemos volver una y otra vez, sobre todo porque expone en escena las claves maestras del juego del teatro en el que estos pequeños colmeneros llegan a ser verdaderos maestros.
Decir sencillamente que uno vio el espectáculo queda en términos imprecisos, sería más correcto referirse a él en términos de experiencias. El espectador experimenta un acontecimiento que no entra por la vía de los ojos y de los oídos, sino más bien a través de la piel y de los sentimientos.
Y sin embargo… desata, en efecto, un conjunto de estímulos coherentemente organizados, propuestos desde un universo lúdico, casi mágico, donde los niños protagonistas se apoderan del espacio, del tiempo, dándole la sensación al público de que no hay nada más importante que permanecer sentado en la butaca explorando lo que la creatividad, la dinámica y el oficio artístico son capaces de lograr.
Una vez más La Colmenita se lleva las palmas y junto a ella su director, Tin Cremata. Emoción y diversión, juego y comprensión, disciplina y respeto son las piezas claves de esta compañía, cuya metodología ha formado y forma —de manera excepcional— a varias generaciones de niños no solo de Cuba, sino también del mundo.
La tarde con la tropa de Tin fue de música de Silvio y Van Van, de bailes y alegrías. En estas líneas finales, solo queremos aclarar que siempre sobrarán las razones —más allá de cualquier celebración— para asistir, una y otra vez, a un encuentro con La Colmenita.










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Antonio Rivera dijo:
1
8 de noviembre de 2015
23:19:26
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