El escritor chileno Oscar Barrientos Bradasic obtuvo el Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar 2015 por su obra Quillas como espadas. Mientras, la primera mención —que capta la perspectiva infantil— correspondió al cubano Atilio Caballero, con la obra Grand Slam. También se entregaron menciones a los argentinos Liliana Allami, por La otra cara, Horacio Martín Rodio por Como si estuviera sucediendo, e Irma Verolín, por El último cuento sobre mi hermana, así como para el boliviano Rodrigo Urquiola Flores, por El Espantapájaros.
Juliana Marino, embajadora de Argentina en Cuba recibió los premios correspondientes a los ganadores de su país y Florencia Lagos Neuman, agregada cultural de la Embajada de Chile, el de su compatriota.
Lagos leyó un profundo reconocimiento del ganador del Premio y se refirió al honor que significaba para su país la obtención del Cortázar.
Tras la premiación, Abel Prieto, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, destacó la relevancia de la obra de Julio Cortázar y afirmó la importancia inextinguible de la buena literatura sobre las banalidades que pujan por imponerse.
El Premio fue creado en 2002, y como en años anteriores participaron autores de lengua española . En esta ocasión se presentaron 250 textos, y los premiados serán presentados en la próxima Feria Internacional del Libro.
El referido Premio fue una iniciativa de la prestigiosa intelectual lituana Ugne Kavelis, compañera de Cortázar y el presidente de honor es el escritor Miguel Barnet, quien estuvo presente en la cita, al igual que Zuleica Romay presidenta del Instituto Cubano del Libro.
Los integrantes del jurado 2015 fueron Zaida Capote, Rogelio Riverón, ambos de Cuba y la escritora argentina Tununa Mercado.












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