
Hace algunos años Bill Laswell llegó a un estudio de Nueva York, se colocó detrás del tablero y comenzó, como siempre, a usar su magistral genio como productor. Habituado a ser reclamado por iconos del jazz y el rock, Laswell, en esta ocasión, volvía a tener ante sí a otra leyenda de la música. “A Bob Dylan lo grabé una vez en Nueva York con Sly and Robbie (dos emblemáticos productores jamaicanos), él estaba un poco nervioso, demasiada gente en el estudio”, recuerda este legendario bajista y uno de los productores más talentosos y encumbrados en todo el mundo.
La entrevista con Granma tiene lugar por correo electrónico tras el reciente regreso de Laswell de Berlín, Alemania. El músico estadounidense, nacido el 12 de febrero de 1955 en Salem, Illinois, ha grabado más de 400 discos y colaborado con astros como Laurie Anderson, Ginger Baker, Brian Eno, David Byrne, Wayne Shorter, Peter Gabriel, Carlos Santana, entre muchos más.
Este gurú de la experimentación tampoco olvida el momento en que el imbatible Mick Jagger, líder de Los Rolling Stones, solicitó sus servicios. “Trabajé con Mick Jagger en su primer disco como solista. Yo estaba apenas empezando y recordándolo ahora, yo podría haber manejado las cosas de manera diferente al saber más. Fue una experiencia de aprendizaje a gran escala. Al final, de manera intuitiva, decidí no continuar en esa dirección. Tengo que decir que fue muy fácil trabajar con él, fue abierto y respetuoso”, dice este músico que ha dado cuerpo en silencio a delirantes atmósferas sonoras y ha roto los límites explorando ritmos de diferentes culturas hasta dar vida a obras de arte surgidas con el don de la posteridad.
Bill Laswell se instaló para siempre en el universo musical con la producción, en 1983, del disco Future Shock, del pianista Herbie Hancock, uno de los nombres esenciales del jazz de todos los tiempos. En el disco aparece el tema Rockit, que disparó hacia los primeros planos a Laswell y provocó un movimiento telúrico en el funk al imbricarlo con la magia del jazz, la electrónica y el hip hop. Desde el inicio de esa revolución sonora el bajista cobró categoría de icono, aunque reconoce que se siente más cómodo entre “las sombras”.
“No creo que tuviera mucha opción, el underground me rodea… De vez en cuando salgo a tomar aire y hacia la luz para hacer alguna incursión necesaria cada vez que haya demanda, pero la luz puede ser peligrosa y perjudicial para la visión. A veces siento que lo mejor es quedarse en las sombras que ser foco de atención. Sobre todo, si la preocupación y el enfoque verdaderos son el trabajo, no la fama, no el dinero. El reconocimiento de verdad está en el interior. En cuanto a trabajar en los estudios, el 90 % de lo que hago es en mi propio estudio, sin público, sin ninguna distracción”.
La música cubana no ha estado ausente en las exploraciones sonoras que ha emprendido por medio mundo. En 1999 grabó el disco Imaginary Cuba, en el que fusionó un abanico de ritmos insulares con los sonidos de la electrónica.“Imaginary Cuba —dice— no estaba destinado a ser un documento musical o cultural, la intención no era una grabación específica queriendo representar la experiencia cubana. El título lo dice. Es un vistazo, un flash-back, un flash forward. Es un sueño. Si lo escucho mañana, estaré escuchándolo por primera vez. Se trataba de salir de lo imaginario hacia lo imaginado”.
Laswell, por cierto, no descarta una segunda parte de este disco. “Me gustaría explorar otras áreas de la música y la cultura cubanas y tratar también de interactuar con músicos cubanos (nuevos y viejos). Hay muchos grandes músicos cubanos que deberían ser escuchados en vivo y grabados.
Laswell asegura que le gustaría presentar sus proyectos en la Isla y deja traslucir que su relación con Cuba también viene a través del exbaterista de la banda de trash metal Slayer, el cubano Dave Lombardo. Laswell armó el trío Bladerunner junto a Lombardo y otro peso pesado, el saxofonista y compositor John Zorn. “Me gustaría, por supuesto, presentar proyectos en Cuba. Pero antes de hacerlo, me gustaría conseguir más experiencia... No tanto la investigación o la comprensión, tiene que ver con la sensación. Por ejemplo, por el momento, tengo dos proyectos con el baterista Dave Lombardo (Slayer) y un trío con John Zorn llamado Bladerunner, además de otro con el guitarrista Buckethead. Ambos grupos se inclinan más hacia el heavy rock y metal. Dave es cubano. Nació en Cuba, salió del país cuando tenía dos años y no ha vuelto desde entonces y realmente quiere ir. Él es el baterista original de la banda de metal Slayer. Buckethead estaba con Gun’s and Roses y muchos otros. John Zorn es un legendario músico y compositor”.
—¿En el estado en que se encuentra la industria cree que los músicos estén dispuestos a correr el riesgo de la experimentación?
—Siempre he tenido la esperanza de que haya espacio para la experimentación y la fusión inteligente de las culturas. La industria de la música (o lo que queda de ella) ha cambiado en los últimos años y seguirá cambiando. Hay que verlo como algo positivo, encontrar nuevas formas de navegar, de hacer contactos, de construir. La experimentación y la libertad son cruciales para la evolución.
—Ha trabajado con varios de los artistas más importantes del rock y el jazz. ¿Puede mencionar alguno especialmente que haya abierto nuevos horizontes en su obra?
—Considero que he estado influenciado de una manera u otra por casi todo el mundo con quien he tenido contacto en situaciones creativas... uno aprende lo que puede hacer y, a veces, incluso más importante, aprende lo que no se debe hacer, donde no ir. Con el tiempo, las conversaciones se desdibujan y se alejan, pero la experiencia, la buena y la mala, de alguna manera se queda contigo y te construye como persona”.












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MARCOS dijo:
1
29 de agosto de 2015
10:47:57
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