La Ruta de la Rumba marca un hito en la Expo Universal de Milán

MILÁN, Italia.—La promoción de la Ruta de la Rumba como un itinerario necesario para el reconocimiento de ese complejo cultural cubano como Patrimonio de la Humanidad tuvo un momento significativo el último fin de semana en el contexto de la Expo Universal Milán 2015.

En el pabellón cubano, que a pesar de su reducido espacio es uno de los sitios preferidos por los visitantes a esta megaexposición, el poeta y etnólogo Miguel Barnet, en su condición de presidente de la fundación Fernando Ortiz, resaltó los valores culturales de la rumba y la manera en que estos no solo permanecen vivos en Cuba, sino que nutren otras manifestaciones danzarias y musicales en Estados Unidos y otros países de América Latina y el Caribe.

“La rumba se defiende sola —subrayó Bar­net—, pero a nivel internacional le corresponde una jerarquía semejante al mariachi y al tango, por citar dos expresiones de la tradición musical la­tinoa­mericana que fueron admitidas por la Unesco en la lista del Patrimonio Intangible de la Hu­ma­nidad”.

En el acto efectuado en la Expo Milán 2015, Ulises Mora, director del proyecto Timbalaye, que junto a la Uneac y el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural coordina la Ruta de la Rumba, anunció que esta tendrá en el archipiélago el próximo agosto una intensa programación de alcance comunitario y asociada a la agenda recreativa del verano.

Del 21 de agosto al 1 ro. de septiembre habrá jornadas rumberas en La Habana, Pinar del Río, Ma­tanzas, Trinidad, Cienfuegos, Camagüey, Guan­tánamo y Santiago de Cuba.
Dos destacados exponentes del género, Geo­vani del Pino y Juan Campos, ilustraron ante un público multinacional diversas formas del canto rumbero.

En la acción promocional estuvo presente Oneida Baró, cónsul de Cuba en Milán, quien destacó la importancia de relacionar la cultura de la isla con la historia de resistencia de todo un pueblo.

Visitada diariamente por miles de personas, la Expo Universal de Milán reúne a 131 países que muestran productos y proyectos, esta vez encaminados a la alimentación y la energía, aunque cada uno de ellos con un fuerte contenido cultural.