El metal insular a través de un telescopio

Si bien apenas goza de apoyo mediático ni de  espacios para demostrar su estirpe (sal­vo el Maxim Rock), el metal cubano existe y cuenta con  bandas que no son segundas de nadie en el panorama latinoamericano, como son los casos de Zeus y Combat Noise.

Para fortuna de esta escena underground, en los últimos tiempos también han entrado en juego otras escuderías con una vigorosa propuesta que debemos seguir de cerca. En esa lista pudiéramos mencionar a Stoner o Darkness Fall, pero en esta oportunidad de­tendremos  la mirada en Okulary y en su primer demo publicado  bajo el nombre The Way.

La música de Okulary se asemeja  a la banda sonora de un reino postindustrial  con paisajes opresivos en los que el ser humano lucha a brazo partido por sobrevivir, por mantener la esperanza y no sucumbir, pese a la oscuridad, a la crisis de fe. Sus letras se conectan  con un espíritu del metal huyente de las etiquetas, aunque, por mo­mentos, flirtea con el rock progresivo y el black metal, abriendo el camino hacia un horizonte de connotaciones existenciales y filosóficas. Imago,  The way to our hopes, y The other face son algunos de los temas de Okulary que colocan al ser humano frente al espejo y lo hacen pensar sobre sus posibilidades reales de tomar las riendas del destino y,  en consecuencia, cambiarlo.

La banda, adscrita a la Asociación Her­manos Saíz, está liderada por la guitarrista y vocalista Sofía Guilarte Reyes, quien comparte line up con Ramsés Limonte Moreno (guitarrista) y Miguel Ángel Mo­reno Paula (bajista). La tropa de Oku­lary, que significa telescopio en idioma polaco, se presenta habitualmente en el Maxim Rock, donde ha dejado ver que puede labrarse un buen futuro en las tierras tortuosas del metal patrio. Dicho esto, hay que apuntar (una vez más) que nuestras bandas piden a gritos un apoyo definitivo y definitorio de los medios y de las disqueras, porque, de lo contrario, su paso por la escena local se convertirá en un viaje hacia ninguna parte.