Las máscaras, las transfiguraciones son elementos bastante utilizados en la historia del rock and roll. Desde el glam, el black, entre otros estilos, estos atributos teatrales han definido la proyección de numerosas bandas que utilizaron (y utilizan) esa estética para expandir los límites de su repertorio. Pero en el caso de la alineación colombiana Ra La Culebra esta práctica adquiere una nueva connotación: sus músicos buscan retomar las tradiciones culturales de América Latina y traer al presente los aportes de sus primeros habitantes.
Lo anterior quedó demostrado en el concierto que ofrecieron este sábado en La Fábrica de Arte Cubano (FAC) como antesala al Festival de Rock Patria Grande, que tomará los escenarios del 14 al 18 de noviembre.
En su bautismo cubano la banda, liderada por el baterista Javier Hevia, trazó un recorrido por sus dos discos iniciales y por el nuevo álbum que pondrán en libertad, un viaje en el que dejaron evidente sus intenciones de asumir el rock and roll como un espacio para la libertad creativa, y la conciencia social. Los jóvenes músicos de esta banda pusieron en pie un enérgico show en el que manifestaron que el rock y la juventud todavía pueden ser valores verdaderamente revolucionarios.
Ra La Culebra se ganó al público con un performance que si bien se apoyó en la invención de una imagen no hizo espacio para el arficio ni el glamour. Porque lo de esta banda colombiana es rock directo y conciso que retoma las huellas de la memoria y coloca a los latinoamericanos de frente a sus orígenes.












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