
Es el 16 de agosto de 1974. Una intratable pandilla de jóvenes melenudos, delgados y casi deshechos trepan al escenario del mítico club neoyorkino CBGB. Con la desgarbada naturalidad de quien no tiene nada que perder, comienzan a escupir canciones con un sonido áspero, salvaje y extremadamente rápido que al principio solo podían descifrar ellos mismos.
El concierto fue un desastre que duró apenas 25 minutos. Tocaban mal los instrumentos, paraban en casi todos los temas, y los miembros de la alineación, para comunicarse, lanzaban alaridos entre sí. Pero el propietario del club percibió “algo” en la banda que la diferenciaba de todos los grupos existentes hasta el momento. “No le van a gustar a nadie, pero los espero de vuelta”, dijo, Hilly Kystal a los Ramones antes de programarlos durante 17 actuaciones más. La decisión permitió que estos cuatro tipos ceñidos en camisas negras de cuero que cantaban sobre los sórdidos ambientes de Nueva York dieran los primeros pasos para impulsar la revolución punk que revolucionaría el rock and roll.
El sonido furioso y rompedor de los Ramones era como una bomba de tiempo. Sus canciones apenas duraban dos minutos y funcionaban como un retrato bastante fiel de la decadencia social y las bajas pasiones humanas. Fundada por John William Cummings, Jeffrey Ross Hyman, Thomas Erdelyi y Douglas Glenn Colvin, la banda conoció las primeras luces de la popularidad en un festival en el propio club CBGB en 1975 donde compartieron cartel con Talking Heads y Blondie, entre otros. A partir de ahí su nombre cruzó el Atlántico para influir radicalmente a alineaciones como Sex Pistol y The Clash, que le dieron una nueva vuelta de tuerca a ese estilo crudo y salvaje que era el punk rock.
En 1975 los integrantes de los Ramones, rebautizados como Johnny, Joey, Tommy y Dee Dee Ramones eran los nuevos héroes del underground. Su música era bastante simple. Lo de estos punkies callejeros era expresar sus deseos de la manera más primitiva posible. Su primer álbum descolocó a una parte de la crítica y atrajo los primeros fans para la causa Ramones en el circuito underground. Grabado con el mismo nombre de la banda, contiene algunos de sus temas más famosos como Blitzkrieg bop, Judy is a punk y I wanna be your boyfriend.
Con todo y sus títulos de pioneros del punk los Ramones se quedaron fuera de la fiesta. Lo cierto es que los Sex Pistols, tras sus provocadoras declaraciones en un programa estelar de la televisión británica, fueron tomados después como el emblema del punk, un movimiento contracultural asumido por los jóvenes de la década del setenta como una vía para demostrar su frustración ante la hipocresía del orden imperante. En la primera ola de esta corriente aparecieron bandas como The Clash, The Damned o The Buzzcocks, que hicieron suyas tendencias políticas como el anarquismo, el nihilismo y el socialismo. Con la explosión del punk en Inglaterra, los Ramones fueron ninguneados y sus canciones nunca llegaron a escalar a las listas de éxito.
En el 2002 se hizo justicia con la banda, desintegrada en 1996, cuando fue incluida en el Salón de la Fama del Rock and Roll, y más tarde su álbum debut, fue certificado como disco de oro. Los cuatro integrantes originales de los Ramones ya murieron, pero sin el legado de este grupo no habrían existido varios de los monstruos del rock que todavía hoy campean por su respeto.












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