ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Bohumil Hrabal en 1988. Foto: Hana Hamplová

El nombre del escritor checo Bo­humil Hrabal (1914-1997), de quien se conmemoran cien años de su nacimiento, está asociado con el del notorio realizador Jiri Menzel (Pra­ga, 1938). Por este motivo la Cine­mateca de Cuba, en colaboración con la Embajada de la Repú­blica Che­ca, ha programado un bre­ve ciclo consagrado al estrecho vín­culo de este binomio creativo, cuya apertura está prevista para el domingo 27 a las 5:00 p.m. con el estreno en Cuba del largometraje Las perlas del fondo del agua (1965).

Se trata de un filme colectivo inspirado en relatos de Hrabal, que integró el corto con el cual debutó Menzel: La muerte del señor Bal­tazar. Los otros tres relatos fueron filmados por Vera Chytilová, Jaromil Jires, Jan Nemec y Evald Schorm, todos integrantes de la corriente que se llamó Nueva Ola Checa.

Después de desempeñar disímiles oficios y próximo a cumplir 50 años, Bohumil Hrabal publicó su primera novela: Alondras en el alambre (1963), filmada seis años más tarde por Menzel. Pero antes el cineasta alcanzaría una temprana consagración internacional cuando su película Trenes rigurosamente vigilados (1966), recreación del universo personal del escritor, obtuvo el premio Oscar al mejor filme de habla no in­glesa. En la versión fílmica de esta novela, publicada en Cuba por la Editorial Arte y Lite­ratura, son advertidos los rasgos y per­sonajes de la prosa de Hrabal que Menzel hizo su­yos: los campechanos antihéroes in­mersos en tragicomedias, en las que los pequeños detalles cotidianos son tratados con ironía, humor y poesía.

Menzel deviene el traductor por antonomasia de Hrabal a la pantalla a través de otras cuatro cintas: Tije­retazos (1980) reúne viñetas sobre la vida familiar y laboral del gerente de una cervecería en los años veinte del siglo pasado, reconocida con una mención especial en el Festival de Venecia “por su humor, gusto y vitalidad optimista”; La fiesta de las cam­panillas verdes (1984), que tam­­bién se exhibe en calidad de es­tre­­­no absoluto en Cuba, se centra en la rivalidad entre dos grupos de cazadores del pequeño pueblo de Kers­ko, donde vivió el escritor varios años, lo cual le permitió retratar el am­bien­te cotidiano de sus pobladores; Alon­dras en el alambre (1969), galardonada con el Oso de Oro en el Festival de Berlín en 1990, observa la reeducación en una chatarrería de un grupo de personajes todos de “origen burgués”; Yo serví al rey de In­gla­terra (2006), la más reciente in­cur­sión de Menzel en la literatura de Hra­bal, culmina este interesante ci­clo en la sala Charlot del cine Char­les Chaplin el jueves 31 de julio.

Los historiadores del cine checoslovaco incluyen varias de estas pe­lícu­las realizadas por Jiri Menzel so­bre novelas de Bohumil Hrabal que la Ci­nemateca de Cuba posibilita ap­re­ciar, entre las obras maestras producidas en ese país. “La aportacio?n del es­critor a la filmografi?a del paí?s, aun­­que sin pretenderlo, fue fundamental —es­cribió un especialista—. Por otra parte, el é?xito en el extranjero de estas producciones, en las que Hra­bal co­laboraba con Menzel para es­cribir el guion, tambie?n contribuyó? a la difusión de la obra de quien es uno de los autores checos de referencia en todo el mundo y de los má?s traducidos”.

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Juan Vaca G. dijo:

1

25 de julio de 2014

18:02:41


Que bueno que ya desempolvaron a este par de ilustrisimos... antes no los exhibian. Esa ola de directores checos (los de Perlicky na dne) fueron bien censurados o mal vistos en el bloque socialista de entonces... pero se atrevieron y trascendieron. Hy nadie se acuerda de los censores. Que bueno que ya la cinemateca cubana esta autorizada a exhibir.