Las contribuciones de valiosos compositores cubanos contemporáneos a la música vocal fue resaltada durante las últimas jornadas del Festival Corhabana 2014, clausurado el pasado fin de semana en la Basílica Menor de San Francisco.
Al cumplir 75 años de edad, Leo Brouwer, considerado por la crítica el autor cubano vivo de mayor irradiación universal por su obra para la guitarra y diversos formatos instrumentales, cuenta dentro de su impresionante catálogo con piezas de muy singular factura para coros, como Rondas, Refranes, Trabalenguas y Canto de celebración.
Festejados ambos por haber recién cerrado sus siete décadas de vida, Frank Fernández y Guido López Gavilán se iniciaron juntos como compositores de música coral cuando coincidieron a mediados de los sesenta en el conservatorio Amadeo Roldán y conquistaron premios en un concurso de la especialidad.
Una buena parte de los coros de la Isla mantienen en su repertorio obras de Frank como Canción sin palabras, Suite infantil, Canción de cuna, Lunita redonda, La tijera, Vértigo de lluvia, Paloma de mayo, Las casas, Sueño que canta la brisa, y Canción antigua al Che Guevara, mientras que a Guido López Gavilán se le identifica por la audacia polirrítmica en el tratamiento de las voces y el despliegue del más auténtico humor criollo en El guayaboso y Aporrumbeosis.
Para Digna Guerra, presidenta de Corhabana y líder del Coro Nacional de Cuba y Entrevoces, estos homenajes consagran el compromiso de la vanguardia creadora con el desarrollo de un movimiento coral cuya vitalidad quedó confirmada a lo largo del evento y constituye una señal para directores y cantores de otros países de la región presentes en la cita.
A su vez Corhabana 2014 permitió a directores y cantores cubanos acceder a la experiencia profesional de uno de los conductores y pedagogos de más sólida reputación en el muy competitivo panorama de la música vocal alemana, el maestro Martin Winkler.
El estudio y montaje de obras del Romanticismo alemán pautó el curso del taller impartido por Winkler (Butzbach, 1959), catedrático de la Escuela de Música de Dreieich y reconocido por su trabajo con el coro femenino Charisma, el quinteto vocal Matzsingers y el coro Enchanted Harmonie de Lindenholzhausen, una de las plazas europeas de mayor relieve en la práctica vocal.












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