“Con seis o siete años mi mamá me llevó a hacer unas pruebas para estudiar música y piano. Aunque las pasé bien la profesora me preguntó si realmente quería ser músico. Yo le dije que aunque me gustaba mucho yo quería ser actor”. “Tiene las condiciones, pero no tiene vocación”, le dijo la maestra a mi madre, que me fue dando cocotazos desde la escuela hasta la casa. En los setenta eso no era violencia familiar”.
Anécdotas como esta —que sin dejar de hacernos reír nos acercaron más a su persona— abundaron en la más reciente velada Miércoles de sonrisas, a la que fue invitado el popular actor Osvaldo Doimeadiós para compartir, junto a la anfitriona del espacio, la escritora Laidi Fernández de Juan, valoraciones sobre diversos temas relacionados con el arte y el humor, a partir de varias facturas en las que ha sido protagonista.
La sala García Lorca del Centro Cultural Dulce María Loynaz, colmada de un público que disfrutó una conversación campechana, “sazonada” con mucha risa, fue el escenario, además, para apreciar las dotes del Doimeadiós escritor, visto como prologuista del último libro de Laidi, Universo y la lista, una compilación de cuentos humorísticos introducidos por el artista escénico con un ocurrente texto que concibió para ser representado.
Unida a Doime por una amistad profunda, leal y permanente, Laidi se refirió a su invitado como alguien cuya versatilidad, más allá de resultar asombrosa, brinda cuentas de su talento creador y nos salva, dijo, de momentos duros, tristes e incomprensibles y de la chatura de muchas cosas.
Independientemente de que el público lo identifica por sus personajes humorísticos y por sus extraordinarios monólogos en escena, con la compañía de teatro El público, de Carlos Díaz, Doimeadiós cuenta en su haber con más de 25 películas y ha sido guionista y asesor creativo de programas humorísticos. Fundador del Centro Promotor del Humor en 1994, que dirigió hasta el 2002, también deja su huella como docente impartiendo clases de teatro. Entre sus últimos trabajos cuentan sus vínculos con la producción de espectáculos musicales.
Trabajos con el maestro Leo Brouwer —en el Festival de Música de Cámara Leo Brouwer, en 2013—, y con Liuba María Hevia, Ernán López-Nussa y Lizt Alfonso rezan entre las entregas musicales de este actor, merecedor en 2012 del Premio Nacional del Humor. Aludir a estos trabajos hizo inevitable en el diálogo la visión de Doimeadiós al respecto.
“La música es fundamental, creo que todo es música, si uno cierra los ojos uno escucha sonidos organizados. Hay música buena como hay música para trapear (risas); tú la oyes en las casas y dices: esto es para tirar agua y trapear. En la literatura también todo es música, las palabras tienen música, la poesía tiene música. Hay que escuchar mucha música, tiene que haber olas. Los personajes se hacen sobre la música, los actores tienen su sentido del ritmo. Creo que todo entra por el oído, lo que uno oye toma luego cuerpo. Los actores son como notas organizadas de un pentagrama en el espacio”.
Sobre la literatura y sus desempeños como guionista también nos dejó sus opiniones: “Leer es vital para cualquier ser humano, para los que nos dedicamos al teatro, lo es más por la base literaria que tiene. En el ejercicio del guionista también es fundamental la lectura. Cuando he escrito guiones lo he hecho por la urgencia de no encontrar a alguien que pueda traducir lo que quiero hacer en ese programa, pero de todo, lo que más disfruto es actuar”.
COMENTAR
pablo hernandez dijo:
1
16 de junio de 2014
14:21:02
Responder comentario