ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
A este edificio, sede del Ateneo, José Martí envió La Edad de Oro en 1889 para que la recibiera Amador Esteva y fuera distribuida después en distintas ciudades del país. Foto: del autor

GUANTÁNAMO.— Nexos históricos unen a la provincia de Guantánamo con La Edad de Oro, revista que escribiera José Martí para los niños de América, y de la cual solo se publicaron cuatro números.

En el Centro de Arte y Literatura Regino Eladio Boti, en la ciudad del Guaso, se conserva un documento probatorio de que fue Guantánamo la primera provincia cubana en recibir la publicación literaria, escrita con el ingenio de Martí y remitida por él desde Nueva York, a finales de 1889.

Se trata de una misiva del Maestro a su entrañable amigo Amador Esteva, patriota santiaguero radicado en la villa de Guantánamo, a quien el autor de La Edad de Oro había conocido en los Estados Unidos años antes, estableciéndose entre ambos una fuerte amistad.

"Esta carta no se la escribiría si no le hubiese ofrecido al editor de La Edad de Oro, buscarle por medio de usted, un buen agente en Guantánamo y le ruego que recoja del correo, ese paquete de veinte ejemplares del primer número que le va certificado", escribía el Maestro a Esteva, a quien confió la representación, promoción y circulación de La Edad de Oro, tarea que definió como "empresa del corazón y no de mero negocio".

El mensaje de Martí a su amigo, el cual confirma la entrada de la revista al país por esta zona, fue adquirido y conservado por el poeta Regino Eladio Boti.

Los ejemplares de la trascendental obra fueron recepcionados por Esteva en el Centro La Luz, sitio desde donde se distribuyeron a otras partes de la nación, según refiere el historiador local Luis Agustín Ruiz Garbey.

Dicha edificación, de dos niveles, coincidentemente se fundó en 1889 (año en que aparece La Edad de Oro), en las actuales calles Calixto García, esquina a Emilio Giró. Entonces era uno de los inmuebles más modernos y prominentes de la villa, resaltando su arquitectura ecléctica, refinada cristalería y decorados balcones.

Amador Esteva fue precursor de esa instalación, la cual trascendió a su época por constituir el lugar primogénito en la recepción y distribución de La Edad de Oro en Cuba, y también importante centro cultural y foco conspirativo de los revolucionarios guantanameros.

Mucho amor puso Martí a la revista, explicando en el primer número el propósito que lo animaba a escribir para los niños de América: "Para eso se publica La Edad de Oro, para que los niños americanos sepan cómo se vivía antes, y se vive hoy, en América, y en las demás tierras... ".

Lamentablemente, de la memorable obra literaria solo se publicaron cuatro números, el primero en julio de 1889 y el último en octubre del propio año. Imposiciones que pretendió hacer el editor a Martí, el señor A. Da Costa Gómez, como la escritura de cuentos, relatos e historias del credo dominante, chocaron con la dignidad y la valentía del Maestro.

En ese último mes el más universal de los cubanos escribe una carta a su amigo Manuel Mercado, donde expresa que por primera vez, a pesar de la penosa y azarosa vida, abandona lo que con tanto amor emprende.

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