ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: cubahora

Enmarcada en las actividades colaterales de esta Feria del Libro se inscribe la puesta en escena de Contigo, pan y cebolla, antológica obra del teatro cubano, que en el Complejo Cultural Raquel Re-vuelta acompaña las presentaciones de Ediciones Tablas-Alarcos.

Estrenada por Teatro D'Dos el pasado mes de enero, su director Julio César Ramírez dialogó con Granma sobre el clásico de Héctor Quintero, a medio siglo de su estreno, y del gran reto que significó montar lo que algunos críticos han catalogado "como una obra para todos los tiempos".
Escrita en 1962, Contigo, pan y cebolla, fue llevada a las tablas por primera vez en 1964 por Sergio Corrieri, con Teatro Estudio. Esta nueva versión de Teatro D'Dos estará en cartelera hasta el mes de marzo (los fines de semana) en la sala Raquel Revuelta, mes en que el elenco celebrará sus 24 años de fundado.
Caracterizado por montar obras de pequeño formato, Teatro D'Dos presenta la puesta con una escenografía bastante expresionista, "como una especie de radiografía y un realismo lleno de significados", afirma Ramírez.
"Es la primera vez que montamos un texto de Quintero y la segunda comedia que aparece en nuestro repertorio. La concepción de la obra obliga a ir por un camino, si se rompe con la manera de Quintero cambia el ritmo. Intenté entrar en otra dinámica y no funcionaba, el texto lleva intrínseco un realismo lleno de significados.
"El lenguaje es muy cotidiano pero detrás se mueven una cantidad de significados, de mensajes, de ideas. Lo que sí hicimos fue desechar la idea de una casa absolutamente realista, la desvestí y le presento al espectador una especie de radiografía, llena de estructuras. De manera que se pueden descubrir esos personajes y posibles conductas de los seres que habitan esa casa en esqueleto".
"Contigo, pan y cebolla es una obra para actores y Teatro D'Dos se ha caracterizado por el trabajo con el actor. Todos los personajes trazan niveles de vida muy auténticos, no hay nada de teatralidad. Héctor Quintero —que para mí es el gran comediógrafo cubano— obliga a entrar en esa virtud del humor criollo, pero en situaciones dramáticas lograr esos niveles de transición en el actor, hacerlos creíbles, es complicado.
"La obra ha tenido dos Lala Fundora que son Berta Martínez y Alina Rodríguez, grandes actrices que durante muchos años se pusieron en su piel. Es un personaje con grandes matices y con las características que tiene la mujer cubana. Lala es una batalladora permanente por la supervivencia de la familia, por la estabilidad y el crecimiento familiar.
"Hemos sido consecuentes con el mensaje de la obra y ha tenido gran impacto. Hemos logrado que los actores llenen el espacio de emoción, lo cual no siempre es fácil. A veces los actores nuestros, que vemos habitualmente en las pantallas o en el escenario, tienen una teatralidad muy marcada y hay que desmontarla para lograr la naturalidad que se transmite al espectador. En esa cercanía es donde se produce el diálogo.
"Creo que la obra tiene una vigencia extraordinaria justamente por esto, por todo lo que debate. Es aparentemente simple, sencilla, incluso muchas personas subestiman la grandeza de Contigo, pan y cebolla, pero es un clásico, una obra escrita hace 50 años y que en este momento está dialogando con el espectador de hoy.
"Hay un trazado casi perfecto de la sicología de los personajes. Siempre digo que Héctor fue un dramaturgo que supo encontrar la esencia del comportamiento sicológico del cubano, del sentido del humor y todo eso lo llevó a la literatura y a la escena.
"Con un autor como ese uno tiene muchas interrogantes a la hora de montar una obra de teatro porque cómo llegar a la altura de su escritura dramática. Es uno de los dramaturgos más populares y conocidos en Cuba; cuando un artista trasciende de esa manera a nivel popular hay que analizar su grandeza.
"Pienso que es necesario que se pongan más sus textos igual que el de todos nuestros grandes dramaturgos, pero alguien que dialoga con tanta fuerza y con tanta autenticidad con el público cubano hay que ponerlo siempre en la escena".

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