Si algo nos han enseñado todos estos años de Defensa Civil, de ejercicios Meteoro, y sobre todo de experiencia, es que, frente al impredecible comportamiento de la naturaleza o del clima, el peor error que se puede cometer es el exceso de confianza o la subestimación.
El descuido en la previsión y la actitud irresponsable pueden significar pérdida de vidas humanas y de cuantiosos recursos cada día más escasos y por tanto cada vez más imprescindibles.
Por ello, desde que el peligro asoma, los consejos de defensa a todos los niveles se meten hasta el pecho en la base, tocando con la pupila y con la mano hasta los más pequeños detalles.
Como consigna una vieja melodía, «ahora es cuando es». Este es el momento de preverlo todo, de no desatender nada. Si la vida de un ovejo o de un torete es importante no solo porque significa alimento, sino también porque se trata de un ser vivo, con total derecho a la existencia, entonces ni hablar cuando se piensa en niños, jóvenes, ancianos…
El peligro de Melissa no está solo en la fuerza directa de sus vientos, sino también en las torrenciales lluvias que puede traer asociadas.
Urge aplicar entonces lo aprendido en estos años, actuar con disciplina, madurez, responsabilidad y sentido común.



















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