
El día 3 de octubre de 1965 se constituyó el Comité Central del Partido Comunista de Cuba, definido en sus Estatutos como el organismo superior de dirección entre uno y otro congreso. Han pasado desde entonces 60 años.
En el corto periodo de los siete años posteriores al triunfo de la Revolución, ya eran palpables los frutos del proceso de unidad ideológica y organizativa que había tenido lugar entre las principales fuerzas revolucionarias que lucharon contra la tiranía batistiana; desarrollado simultáneamente con el amplio universo institucional y de movimientos políticos, sociales, culturales, femeninos, estudiantiles, sindicales y campesinos. De modo tal que se integraba la sociedad a través de las diversas organizaciones de masas, sociales, estudiantiles y políticas que iban surgiendo.
Quedaba reafirmada la firme convicción de Fidel de que, en las condiciones concretas de Cuba, como lo había demostrado la historia, la fuerza de la Revolución estaba en la unidad.
Este paso, sin duda alguna, contribuyó al fortalecimiento de la vida interna y la institucionalización del Partido, al disponer desde entonces de órganos, organismos y organizaciones de base en el país, incluyendo las instituciones armadas; con lo que Cuba se convertía en el primer país de América Latina en romper la falsa concepción del carácter apolítico de estas últimas.
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Aunque se materializó a finales de 1965, la creación del Comité Central fue el punto final de un proceso previo de estudio, preparación y organización, señalado por Fidel en la clausura del acto en conmemoración del XII aniversario del ataque al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1965:
«Nuestro Partido necesita ya de su Comité Central, es decir, de la organización de su cabeza, de sus órganos dirigentes. Hasta ahora hemos tenido una Dirección Nacional; debemos constituir el Comité Central de nuestro Partido, donde estén presentes los más genuinos valores de la Revolución…».
A la vez, explicaba que en los próximos días se reuniría la Dirección Nacional para discutir tales cuestiones y empezar a dar pasos muy firmes en este sentido; y que se reunirían los secretarios regionales del Partido y los presidentes de las Juntas de Coordinación, Ejecución e Inspección (Jucei) y los burós provinciales, para debatir acerca del plan de organizar el poder local a lo largo y ancho del país; con el objetivo de intercambiar impresiones en lo concerniente al funcionamiento del Partido y a las normas democráticas que debían regir en su seno; así como a las medidas que garantizaran que, con el método adoptado por la Revolución de formar el Partido con la permanente participación de las masas, se llegara a la aspiración de tener el aparato político plenamente organizado, funcionando y actuando, y que ese Partido fuera la representación genuina de los amplios sectores y grupos de trabajadores del país.
A la vez, puntualizaba que eran esos los aspectos de orden institucional que se necesitaba abordar en lo inmediato, para que la administración y organización del Estado, sus fundamentos democráticos y el basamento institucional de la Revolución, pudieran también ser presentados como «ejemplo de espíritu creador y revolucionario».
Hasta entonces la estructura orgánica del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (Pursc), surgido tras la desintegración de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), contaba con la Dirección Nacional, los comités provinciales, regionales, municipales y seccionales del Partido. Como primer y segundo secretarios de la Dirección Nacional estaban Fidel y Raúl, respectivamente.
En los meses de septiembre y octubre de 1965 se desarrollaron tres reuniones trascendentales y de sumo interés partidista: entre los días 23 y 24 de septiembre, la de los primeros secretarios de los comités provinciales para tratar asuntos relacionados con la actividad interna del Partido y la creación del Poder Local.
El 29, presidida por su Primer Secretario, Fidel Castro Ruz, tuvo lugar la de la Dirección Nacional, con vistas a la preparación de los encuentros a celebrarse los días 30 de septiembre y 1ro. de octubre, para analizar y conformar la constitución del Comité Central y sus organismos dirigentes, así como la creación del Poder Local.
El día 30, se efectuó la concerniente a la Dirección Nacional con la asistencia de los dirigentes de los burós provinciales y regionales del Partido, los presidentes de las Jucei provinciales y regionales y representantes de los organismos partidistas en las Fuerzas Armadas Revolucionarias para discutir los temas antes mencionados y, en particular, la instauración del nuevo gobierno local en todo el país.
Como parte de ese proceso, el 1ro. de octubre, ante los dirigentes de los burós provinciales y regionales del Partido y los dirigentes del Gobierno en las mismas instancias, Fidel dio a conocer la decisión de la Dirección Nacional de constituir el Comité Central, el Buró Político, el Secretariado y las comisiones auxiliares, así como también al compañero electo para el cargo de Secretario de Organización, y los acuerdos de cambiar el nombre del Pursc por el de Partido Comunista de Cuba y fundir los periódicos Noticias de Hoy y Revolución en uno solo que llevaría por nombre Granma, como órgano oficial del Partido.
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El 3 de octubre de 1965, en el teatro Carlos Marx, fue presentado por Fidel el Comité Central del Partido Comunista de Cuba, integrado por cien miembros, quienes representaban a los portadores de las ideas socialistas, la extraordinaria labor en importantes sectores del país y la defensa de la Patria. En él, como dijo Fidel:
«No hay episodio heroico en la historia de nuestra Patria en los últimos años que no esté ahí representado; no hay sacrificio, no hay combate, no hay proeza –lo mismo militar que civil– heroica o creadora que no esté representada; no hay sector revolucionario, social, que no esté representado».
En cuanto al nombre del Partido, Fidel sintetizaba la esencia del cambio:
«…Partido Unido da todavía la idea de algo que fue necesario unir, que recuerda todavía un poco los orígenes de cada cual. Y como entendemos que ya hemos llegado al grado tal en que de una vez por todas y para siempre ha de desaparecer todo tipo de matiz y todo tipo de origen que distinga a unos revolucionarios de otros, y hemos llegado ya al punto afortunado de la historia de nuestro proceso revolucionario en que podamos decir que solo hay un tipo de revolucionario, y puesto que es necesario que el nombre de nuestro Partido diga no lo que fuimos ayer, sino lo que somos hoy y lo que seremos mañana, ¿cuál es, a juicio de ustedes, el nombre que debe tener nuestro Partido? (aplausos y exclamaciones de: ¡Comunista!).
«Pues ese es el nombre que, interpretando el desarrollo de nuestro Partido, de la conciencia revolucionaria de sus miembros y de los objetivos de nuestra Revolución, adoptó en el día de ayer nuestro primer Comité Central. Hacia una sociedad comunista nos encaminamos».
Con la creación del Comité Central del Partido desaparecieron la anterior Dirección Nacional del Pursc y su estructura interna. En el primer Pleno del Comité Central, Fidel y Raúl fueron electos para ocupar los cargos de primer y segundo Secretarios del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, respectivamente. Por su parte, Armando Hart Dávalos ocupó la secretaría de Organización.
A su vez, se decidió crear las Comisiones Auxiliares: de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y la Seguridad del Estado; Económica, de Estudios Constitucionales, de Educación, y de Relaciones Exteriores.
Ante la ausencia de uno de los principales protagonistas de la Revolución y con todos los méritos para estar incluido entre los miembros del nuevo Comité Central de Partido, Fidel hizo pública la carta de despedida que el Che le hiciera antes de partir para cumplir con su deber en otras tierras del mundo.
Fiel al legado histórico y bajo la sabia conducción de Fidel y Raúl, aquel primer Comité Central condujo con acierto los destinos del Partido y la Revolución hasta el Primer Congreso del Partido en 1975, en que una nueva dirección se encargaría de la continuidad del proceso revolucionario cubano.
*Vicepresidente del Instituto de Historia de Cuba.
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