GRANMA.–Con ese «duende» de la creatividad que la habita, la reconocida actriz granmense Adis Nuvia Martí Cid, fundadora del grupo de teatro Andante, es de las que prefiere seguir haciendo y defendiendo ese arte que salva y enaltece la cubanía, antes que ceder a cierta vulgaridad y marginalidad que puja por imponerse en algunos ámbitos culturales.
«Independientemente de la situación económica que estamos viviendo, que es muy difícil para los teatristas, porque las producciones se llevan mucho presupuesto, nuestro grupo, con creatividad, ha salido adelante y este año pudimos hacer tres estrenos», dice esta incansable artista, cuyo hogar mayor es ese sitio donde ha hecho realidad proyectos artísticos, obras… y sueños infantiles.
Por ello, no resultó extraño que aun en uno de estos días festivos, Granma encontrara a Adis justo en la casa color esperanza (Casa Verde del Teatro) entre guiones, vestuarios, títeres por «nacer» y jóvenes artistas. Allí, junto a su esposo Juan González Fiffe (director del Grupo de Teato Andante), sigue apostando por propuestas que retraten a su Cuba actual, desde el amor, la crítica constructiva, y también desde los anhelos y los desafíos por venir.
«En medio de este bombardeo mediático que constantemente ofrece todo tipo de propuestas artísticas (algunas muy buenas, otras no), hemos tratado de mantener siempre ese cuidado en lo que hacemos, porque a pesar de las carencias materiales, nuestro arte tiene que dignificar la cultura nacional. La obra tiene que brillar no solo por su belleza estética, sino por su contenido, y esa ha sido una máxima de la línea estética de Andante, en la que no hay divorcio entre el buen arte y cualquier tipo de público.
«También hemos tenido la agudeza de tocar llagas sin ser hirientes, pero si el arte no llega a la sensibilidad, si no toca las emociones, si no nos hace reír o llorar, si no nos hace reflexionar en torno a nuestra realidad, dónde está entonces su esencia. Por eso, en cada puesta, Andante lleva la cubanía y la identidad de lo que llamamos patria, nación… país, Cuba».
Gestora, además, del proyecto teatral infantil Los Andantinos, en el que el arte, la cultura, los niños y sus familias desempeñan un rol vital, Adis Nuvia ha hecho muy suya esa esencia del poeta: «Solo el amor alumbra lo que perdura… solo el amor convierte en milagro el barro».
«Este es un proyecto de amor, en el que no existen exámenes de actitud artística para ser parte; solo hay que querer aprender a bailar, a cantar, a actuar y a ser un buen ser humano. Eso nos ha permitido incorporar también a infantes y adolescentes con necesidades especiales, quienes han conseguido su crecimiento espiritual y su mejor vínculo con la sociedad».
De igual modo, en un año de muchos contrastes, con alegrías y situaciones complejas, Adis ha sido más artista y más cubana.
«Tras el paso del ciclón Oscar por Guantánamo, nosotros fuimos como una unidad artística a apoyar a los damnificados, pero cuando nos enfrentamos a esa realidad nos dimos cuenta de que esas personas no necesitaban un espectáculo, sino un hombro donde recostarse y llorar, una mano amiga que ayudara a quitar ese lodo que lo cubría todo. Un cubano ayudando a otro cubano.
«Y así lo hicimos. Sabíamos que había que volver a sacar el brillo no solo de la ropa y de las cosas materiales, sino el brillo en los ojos de los habitantes de San Antonio del Sur, Imías, Baracoa y Maisí, y en la medida en que se fueron realizando las acciones de recuperación, fue apareciendo de nuevo la esperanza, y con ella, luego, el arte. Ese arte que también cura, nos regenera, nos alienta, nos fortalece y nos une».
Bajo esa premisa, que es símbolo de su hacer y de su vida misma, Adis asegura que sueña un 2025 con una Cuba que siga latiendo por y con el pueblo. «Quiero que pensemos siempre en salir adelante de forma unida, y quiero una Cuba que no pierda nunca su dignidad».
COMENTAR
Responder comentario