En Cienfuegos, seis de sus municipios fueron tomados por los rebeldes sin la mayor resistencia. Palmira fue sitiado hasta el día 1ro. de enero de 1959. Sucesivamente, los mandos batistianos entregaban la ciudad de Cienfuegos a las tropas del llamado Segundo Frente Nacional del Escambray, dirigido por el nacido en España y naturalizado cubano Eloy Gutiérrez Menoyo, quien, además, pertenecía al Directorio Revolucionario 13 de Marzo, y el estadounidense William Alexander Morgan Ruderth, conocido como el «comandante yanqui».
Aquellos jefes militares tomaron con sus hombres el cuartel de la Guardia Rural y el control de los medios informativos de la ciudad sureña.
Dentro del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) en Cienfuegos y el Segundo Frente del Escambray existían falanges oportunistas de derecha, en espera del momento indicado para tomar el poder político. Aquel 1ro. de enero, esos elementos crearon una Junta Municipal con el apoyo del entonces coordinador del M-26-7, Manuel Toyo Calvo. Gutiérrez Menoyo, como parte de aquella estrategia desestabilizadora, nombró a Morgan Ruderth en el cargo de jefe de la Plaza Militar.
Sin embargo, separado de aquellos oscuros acontecimientos, el pueblo cienfueguero se sumaba a la Huelga General convocada por Fidel. Tratando de pescar en río revuelto, Gutiérrez Menoyo trasladó sus tropas a La Habana, con el objetivo de ocupar un espacio en el nuevo Gobierno nacional que se organizaría. Aquella fracasada intentona de llegar a la capital quedó desbalanceada, gracias al desplazamiento certero, en el terreno, de las tropas dirigidas por Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara.
El Segundo Frente mantuvo tomada la ciudad por varios días. El día 4 de enero entraron a la urbe columnas rebeldes y los hombres de William Morgan mostraron inconformidad; pero las triquiñuelas políticas fueron contrarrestadas con una reorganización del domínguez fonseca* M-26-7 en la ciudad.
Al frente de aquella nueva estructura revolucionaria con elementos de izquierda se nombraron combatientes de probado prestigio, autoridad y moral combativa. El Directorio Revolucionario 13 de Marzo también se reorganizó. El actuar rápido de los revolucionarios posibilitó purificar el andamiaje político-administrativo en la ciudad, lo que facilitó la consolidación de las fuerzas leales a la Revolución.
La llegada de Fidel, el 6 de enero, como parte de la Caravana de la Libertad, resolvió el turbio escenario provocado por la posición oportunista. El pueblo recibió a Fidel en la Calzada de Dolores y en el parque Martí, y lo escuchó frente al Ayuntamiento: «Este sí es un pueblo revolucionario, porque solo cuando se es revolucionario de verdad, un pueblo se reúne de esta manera… es que realmente con Cienfuegos hay que contar, cuando se escriba la historia de la Revolución», expresó.
* Profesor de Historia de la Universidad de Cienfuegos



















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