
Alquízar, de tierra roja y fértil, es hoy paisaje desolador. Pasar por allí, después de un huracán, es entender lo que significa perderlo todo y la urgencia del aliento que se consigue minutos después del caos, para volver a empezar de nuevo.
La vista se pierde ante la hilera de postes caídos, las casas sin techo y un mar de hojas verdes por el suelo. En la finca Dolores, atacada por la fuerza de categoría 3 del huracán Rafael, nos espera Juan Luis García Vidal, uno de los tantos productores artemiseños que vieron devastadas sus cosechas de plátano.
Este cultivo, considerado entre los tradicionalmente más consumidos en la Isla, fue muy afectado por los vientos. En Artemisa, más de 7 495 hectáreas amanecieron con los plátanos en el suelo; de ellas ya 266 han sido recuperadas, con alrededor de 41 toneladas en naves.
También fueron duramente golpeadas 2 372 hectáreas de yuca (con 42 toneladas en naves), 190 de frutales (con tres toneladas resguardadas), 135 de boniato (con cinco toneladas almacenadas) y 20 casas de cultivos (con seis recuperadas), según informó el Ministerio de la Agricultura.
Pero el dolor de Dolores es el plátano.
LA FURIA DE LA NATURALEZA
«A nosotros nos ha afectado tres veces el paso de los ciclones», cuenta, con una mezcla de tristeza y amor por su suelo, Juan Luis, experto agricultor de la cooperativa de créditos y servicios (ccs) Pedro Rodríguez Santana.
En esta ocasión, de las dos caballerías que cultiva perdió una completamente sembrada, lo que significa la mitad de su trabajo y un duro golpe para la agricultura de la provincia y el Occidente del país.
Ahí tenía también aguacate, malanga, ajo… y todo se fue abajo. ¿Cómo se levanta uno de semejante tragedia?
«La producción sí se puede recuperar», aseguró, pero será un camino largo y arduo, como parte del cual –nos dice– necesitan apoyo con el petróleo.
«Hace falta para cargar el plátano para Acopio, porque estamos en cero. Yo tengo una turbina de petróleo y la activamos para darle agua a toda la comunidad de aquí, pero para eso también necesitamos más de ese combustible», afirmó.
El otro tema duro, como duro es el trabajo para recuperar el campo, es la escasez de fertilizante.
«Si aparece algo que nos ayude, esos plátanos yo los recupero. En ocho meses, pa' no ponerte más, esto está dando plátano otra vez», sostuvo, convencido de que sus producciones resultan vitales, sobre todo, para La Habana, uno de los principales destinos de las producciones agropecuarias del fértil y hoy dolido Alquízar.



















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Mario Scalisi dijo:
1
23 de noviembre de 2024
20:59:18
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