Guantánamo.–Son 56 609 suspiros de regocijo, uno por cada cliente que vio regresar a su inmueble el servicio eléctrico interrumpido por los vientos del huracán Oscar en San Antonio del Sur, Imías, Baracoa y Maisí. De regreso la luz, hay sonrisas nuevas, y 227 en espera.
Redimida por hombres que desde hace tres semanas no conocen descanso, la verticalidad ha vuelto a 209 de los postes derribados por el meteoro. Testarudos postes, otra vez sostienen 46 transformadores y cerca de 16 de los kilómetros de conductores eléctricos abatidos también por la tempestad.
En días pasados, tras el paso de dos amenazas meteorológicas cercanas a esta región, muchos de los más de 40 000 protegidos en viviendas y centros estatales del territorio emprendieron el retorno por habituales caminos, imposibles de transitar en la ida, porque los derrumbes en algunos tramos y puentes se los impedían.
Tres semanas después del huracanado azote hay otro ánimo en la gente de por aquí. La crecida de los ríos no pudo arrastrar esa voluntad que ahora se desborda, unida en manos callosas, y se multiplica en sudores. Con esa voluntad, el talante de los días va cambiando, a la par que el paisaje; hay resurrecciones y renacimientos en curso.
Operaciones reconstructivas al aire libre, a intervalos y a cielo abierto, sincronizan la solidaridad y el esfuerzo de muchos en este «salón quirúrgico» inmenso, de 2 616 kilómetros cuadrados, que abarca los cuatro municipios del oeste guantanamero a los que golpeó el huracán.
Si hay sol o nubes, no importa, de octubre a noviembre, de verde olivo o de otros colores, de la mañana al anochecer enfundados en overoles y cascos, los «traumatólogos» dictan el quehacer de estos días de San Antonio a Maisí, pasando por Imías y Baracoa.
A los cuatro puentes restaurados, de los siete que recibieron el impacto de Oscar, se suma la estructura mecánica que de manera provisional suple a la que el río Imías fracturó, y que enlaza por tierra al poblado homónimo con el reparto Jesús Lores, ambos en la cabecera del municipio.
Otros tramos vuelven restablecidos, saldo de jornadas que armonizan esfuerzos del patio con los de brigadas de Las Tunas, Holguín, Santiago de Cuba y de otras provincias.
Pero hay caminos por revivir todavía, solo nueve de los 56 kilómetros de viales desgarrados por el ciclón se reportan de alta, averiados aún quedan 332 inmuebles estatales, la mayor parte de las viviendas, 13 sistemas de acueductos y cerca de 9 200 hectáreas de cultivos agrícolas –algo más de 4 100 ya fueron recuperadas.
A GALOPE QUE TENGO PRISA
Ha sido áspero el golpe del meteoro en el Alto Oriente, y mayúscula la ambición por recuperarse en el lapso más breve. Guantánamo tiene prisa en la cura de sus heridas, y es justamente eso lo que exige el Consejo de Defensa Provincial (CDP).
Yoel Pérez García, presidente de ese órgano, demanda acelerar la restauración, acentuar el énfasis en las viviendas y en las entidades del Estado, de las cuales se han recuperado 368 de un total de 700 averiadas por Oscar.
El meteoro dañó más de 12 600 hogares, incluidos 1 229 de manera total, 600 de estos últimos con estatus de facilidad temporal, de los que apenas el 2 % se informaba como recuperados 21 días después. Ese ritmo consumirá demasiado tiempo, solo para levantar las restantes facilidades, es preciso agitarlo.
Al cierre de esta información, a las 34 oficinas de trámites habilitadas en los municipios que surcó el meteoro habían acudido más de 9 400 casos de personas con hogares dañados, e igualmente los indicadores de soluciones acusaban deficiencias que de inmediato han de corregir a tres manos las entidades bancarias, del comercio y de la vivienda.
El hecho de que insumos existentes en almacenes de la provincia no estuvieran a tiempo en los destinos más necesarios, también generó las críticas del Presidente del CDP, agilizar la distribución de los recursos disponibles para reanimar las viviendas fue su exigencia.
A SIMPLE VISTA
Ruidoso y profuso en la ruta San Antonio del Sur-Imías-Baracoa-Maisí, el apogeo da la fórmula que hizo posible restablecer la mayoría de los servicios eléctricos y revivir más de un centenar de inmuebles educativos dañados por el atmosférico evento.
Émulos en ese batallar, los reparadores de la Empresa de Telecomunicaciones s.a. (Etecsa) han puesto a funcionar el 87 % de la telefonía básica fija y a la totalidad de la móvil, dañadas por el ciclón.
Reconstruido luce el puente de Macambo, y con similar aspecto el que enlaza las dos orillas del río Sabanalamar, ambos en San Antonio de Sur, y el de Yumurí en Baracoa, al igual que el de Arenal en Yateras.
Moribundos los platanales, tumbados, inclinados o rotos los cocoteros, hectáreas y más hectáreas de café y cacao lastimadas por los árboles sombreadores que el fenómeno meteorológico les echó encima, y al rescate, hombres y mujeres en el intento de salvar lo salvable.
Tal es el paisaje después del huracán que, entre casas de cultivos semitapados, de producción de semillas, plantas beneficiadoras de café, y alguna que otra oficina, golpeó más de cien instalaciones de la Agricultura en un tercio del territorio guantanamero.
Las pérdidas del sector incluyen cerca de tres centenares y medio de cabezas de ganado vacuno y 6 000 de ovino-caprino, focalizadas sobre todo en los municipios de Imías y de San Antonio del Sur.
Frente a ese dilema, la Agricultura en el Alto Oriente replantea su campaña de siembra de frío y apunta a las zonas llanas de la cabecera provincial, así como a las de Manuel Tames, El Salvador y Niceto Pérez, en las que destinará nuevas áreas a cultivos de ciclo corto.
El pasado lunes, cuando el curso escolar reiniciaba en las 812 escuelas de la provincia, rehechas ya 112 de las 185 golpeadas por Oscar, Guantánamo hacía realidad el renacimiento más halagüeño de unos cuantos gestados en la provincia después del ciclón. Se gestan otros.




















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