Hace algunos años hablamos varias veces, con beneplácito, en este diario de un polo de nuevo tipo, gestado en una zona con gran tradición productiva en el municipio tunero de Jobabo.
La concepción de entonces implicó un amplio movimiento que no fue solo del sector agropecuario, sino también de otros tantos, y las transformaciones en la zona fueron realmente visibles.
¿Qué pasó entonces? Tristemente, el Melanio Ortiz se fue apagando, y aunque la etapa de la Covid-19 y el recrudecimiento del bloqueo tuvieron un impacto notable, no fueron las únicas causas.
Sin embargo, como es lógico, un área productiva de esa envergadura tiene un peso determinante, en momentos en los que la soberanía alimentaria es prioridad, no solo por Ley, sino por necesidad. Ese es el motivo por el cual, recuperar este polo es una necesidad a la que hoy se dirigen notables esfuerzos.
NO BASTA CON LAS GANAS, ES IMPRESCINDIBLE HACER
Ramón Rodríguez Rondón, vicepresidente de la CCS Osvaldo Figueredo, una cooperativa consolidada y de buenos resultados en el municipio, agradece este impulso del que también es parte, junto a los demás asociados de su forma productiva.
«Aquí hubo un desencanto por parte de los productores, porque fue un movimiento muy fuerte, y luego decayó. Ahora hemos visto un despertar, nos han convocado a recuperar el polo productivo.
«Se nos han sumado movilizaciones de personas que llegan desde la cabecera de Jobabo, desde Las Tunas. Los productores también han asumido este movimiento con empeño, y están sembrando todo lo que se pueda: granos, viandas, frutas, boniato, maíz, calabaza. Estamos limpiando áreas, queremos recuperar una máquina de riego que teníamos, pero contamos con sistemas que hemos recibido de los proyectos como Prodecor y Apocop».
Recuperar el polo es una tarea vital para que pueda hacerse tangible el Plan de Soberanía Alimentaria de Jobabo. Así lo expresó a este medio Iryás Arena Buitrago, director de Cultivos Varios de la Empresa Agropecuaria del sureño territorio.
«El municipio lleva varios años cumpliendo las campañas de siembra, la situación más complicada la tenemos en el renglón de los cultivos rústicos, en el que todavía no se cumplen los balances de área que requiere el Plan de Soberanía Alimentaria del territorio. Es en este punto en el que estamos haciendo mayor énfasis, esencialmente con el plátano, el boniato y la yuca.
«Con relación a el plátano, estamos potenciando el polo Melanio Ortiz y la CCS Rafael Trejo, una de las más grandes, con 50 hectáreas que se van a plantar en estos próximos meses. Nuestra localidad es más bien de secano, las áreas bajo riego son pocas. No obstante, el año pasado sobrecumplimos la producción de maíz y de sorgo».
Detalló que «todos los sábados hacemos la feria, en la cual rotamos formas productivas y otros actores económicos. Sabemos que aún es insuficiente lo que llega hasta allí, por eso el objetivo es recuperar mayores volúmenes productivos, y el polo Melanio Ortíz es definitorio en esas aspiraciones».
La creación, allí, de un colectivo laboral ha permitido no solo mejor organización y mejoras salariales, sino involucrar a los productores en carácter de usufructuarios.
Los detalles los ofreció a Granma, Yoenia Martínez Escobar, jefa del colectivo laboral de la unidad Melanio Ortiz: «Contamos con 39 usufructuarios y un pelotón de maquinaria. Esos tractores los habilitamos a cabeza de campo, y les prestamos todo tipo de servicios para que puedan suplir las demandas del polo que hoy estamos recuperando».
Agregó que han recibido el apoyo de la provincia y del municipio. «Sabemos que las personas lo que quieren es ver los resultados, y con esa motivación estamos trabajando para que esos resultados lleguen en el menor tiempo posible. Hay variedad de cultivos sembrados, aprovechando, sobre todo, las tres máquinas de riego de la zona de Martinillo. Hoy tenemos maquinaria de Gelma trabajando en la recuperación de áreas que se han perdido por el marabú. Tenemos muchos deseos de que este empeño salga adelante».
Iván Barbán Ochoa es uno de los usufructuarios del polo, un joven que ha elegido la agricultura como su medio de vida y es reconocido por sus resultados.
«Tengo 50 hectáreas bajo riego, con variedad de producciones; 12,5 de plátano vianda, igual cantidad de plátano burro, de calabaza, y debo sembrar otras 12,5 de maíz. Este impulso a fin de recuperar el polo ha sido muy bueno. Tenemos áreas grandes, que necesitan manos y recursos para poder mantenerse. Hemos recibido apoyo en ese sentido, esencial en la preparación de tierras y en la siembra».
El camino no es sencillo, sobre todo en momentos en los que existen grandes limitaciones de recursos; tampoco es un secreto que la fuerza de trabajo agrícola no solo es escasa, sino costosa. Ante esa realidad, es encomiable el apoyo multisectorial.
La voluntad del ser humano es su mejor arma contra las adversidades, y en el Polo Productivo Melanio Ortíz hay mucha, esperamos que los resultados de este renacer, estén a la altura del empeño y la constancia por hacerlo posible.


 
                        
                        
                        
                    





 
     
    










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